Actualizado 24/10/2006 02:00

Fermín Bocos.- Corrupción municipal

MADRID 24 Oct. (OTR/PRESS) -

Sabíamos por los poetas que las cosas no existen hasta que se las nombra; lo que ignoramos es que algunos políticos quieran hacernos creer lo mismo en relación con los pelotazos urbanísticos. Teniendo a medio consistorio marbellí en la cárcel y a otros ayuntamientos bajo la lupa de la Fiscalía Anticorrupción, resulta chusco -por no emplear otra expresión- que desde la dirección del PSOE hablen de la conveniencia de firmar un pacto o 'decálogo' contra la corrupción.

La iniciativa resulta chocante porque en materia de normativa urbanística está ya todo dicho. Hay leyes, son buenas y lo que hay que hacer es cumplirlas. Todo lo demás son inventos para salir en la televisión sacando pecho, cuando, todos sabemos, que lo que tienen que hacer tanto el PSOE como el PP es deshacerse de aquellos alcaldes o concejales a los que se les vio entrar en el Ayuntamiento a pie y ahora pasean en 'Rolls-Royce'. Hablo de socialistas y populares pero, ¿qué habría que decir de los nacionalistas de CiU y aquél famoso '3%' denunciado en el 'Parlament de Catalunya' por el presidente Maragall y del que nunca más se supo? ¿Y, qué pasó en Madrid con la recalificación de los terrenos deportivos del Real Madrid -situados en pleno Paseo de la Castellana- recalificación que dio pie a otro inmenso pelotazo urbanístico? Exactamente: nada. No pasó nada. Aquí sólo pasa algo cuando algún medio de comunicación decide tirar de la manta y negro sobre blanco señala a los responsables de una determinada recalificación fraudulenta.

La sospecha de que la maquinaria municipal está engrasada con cargo a las comisiones que los ayuntamientos cobran de las constructoras, es vieja. Tan viejos como son los caminos por los que los dineros de ésas mordidas llegan a las tesorerías de los partidos políticos. Sólo nos enteramos de los casos de corrupción cuando alguno de los intermediarios mete la mano en la olla o cuando algún funcionario honrado, otra constructora que aspiraba al negocio o un secretario despechado, filtra algún nombre. Sería imposible explicar el 'boom' inmobiliario sin las mordidas consistoriales, pero es el secreto de Polichinela: todo el mundo el mundo lo sabía, pero nadie lo decía.

Fermín Bocos

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