MADRID 7 Oct. (OTR/PRESS) -
La salud es lo primero. La verdad también. Los médicos están en pie de guerra. Miles de ellos se han manifestado en las principales capitales del país para protestar por los planes de Ministerio de Sanidad. El lema de una de las pancartas resume el sentido de la protesta: "No es vocación, es explotación". Rechazan el proyecto de la ministra Mónica García para reformar el Estatuto Marco que regula las condiciones laborales del personal sanitario.
Sus reclamaciones son de sentido común: un estatuto propio para los médicos diferente del resto de los profesionales del Sistema Nacional de Salud; una jornada laboral de 35 horas semanales que permita el descanso y la conciliación laboral- el proyecto del Ministerio fija un máximo de 48 horas, 17 horas extraordinarias. Los médicos planten que las guardias sean voluntarias y que sean tenidas en cuenta a efectos de la jubilación. También reclaman una clasificación profesional que apareje la mejora de las retribuciones salariales. Los médicos del Sistema Nacional de Salud se sienten ninguneados y explotados porque sus horarios se ensanchan a medida que para ahorrar costes se van reduciendo las plantillas.
Señalan, con razón, que no se puede ofrecer a los pacientes un servicio de calidad al cabo de horarios exhaustivos que coronan guardias con un número de horas estresantes. ¿Por qué se ha enquistado el conflicto? Porque la réplica de los políticos, en este caso la ministra Mónica García, es no retirar el proyecto de Estatuto y amenazar con imponerlo por decreto. Tras el fracaso de las negociaciones los sindicatos que encuadran al grueso de la profesión mantienen la convocatoria de huelga. La Organización Médica Colegial apoya estas reclamaciones. Su presidente, Tomás Cobo, apunta que la razón que subyace tras las protestas es "la desesperanza, el cansancio y el malestar de los médicos españoles por cómo se nos trata y cómo se nos considera".
En un comunicado, señalan que no solo se trata de mejorar las condiciones laborales sino de asegurar la excelencia profesional. Piden una normativa "adaptada a la realidad de la profesión médica como única forma de atraer y retener talento en el Sistema Nacional de Salud". ¿Por qué hay que llegar al choque, al conflicto, para llamar la atención sobre lo que es evidente? Porque son las reclamaciones de un colectivo profesional que está harto. Un colectivo cuya aportación a la sociedad es vital para asegurar la salud de los ciudadanos.
Llegados a este punto habría que recordar que los ministros son prescindibles, pero los médicos no. Cuesta entender que la actual titular de Sanidad sea médico. Bueno, "médica y madre" según se presentaba cuando se dedicaba al "agit prop" contra la presidenta de la Comunidad de Madrid en sus tiempos DE diputada regional de Más Madrid.