MADRID 23 Feb. (OTR/PRESS) -
El Gobierno que preside Mariano Rajoy, ¿ha cambiado de criterio sobre los pasos a dar para acelerar el final de la ETA? Llegados al Gobierno, ¿ven con otros ojos la supuesta "hoja de ruta" diseñada por Zapatero? Tal parece. Es la conclusión a la que lleva el análisis de lo ocurrido en el pleno del Congreso en el que el PP votó junto al PSOE y los partidos nacionalistas en contra de una iniciativa de UPyD para instar a la ilegalización de "Amaiur".
A lo largo de la pasada legislatura, el PP denunció y dijo estar en contra de los contactos y eventuales negociaciones con la dirección de la banda terrorista instadas por Rodríguez Zapatero. Lo que el exministro Jaime Mayor Oreja llamaba la "hoja de ruta" de Zapatero: una supuesta agenda pactada que, según su decir, se habría iniciado con la legalización por el Tribunal Constitucional de una de las franquicias de Batasuna (Amaiur) -decisión clave que facilitaría su posterior acceso a instituciones políticas vascas (Ayuntamiento de San Sebastián, Diputación de Guipúzcoa)-, incluiría el acercamiento a cárceles del País Vasco de los presos de la banda como paso previo a una posterior excarcelación y, todo ello, como corolario de un proyecto global cuyo objetivo sería asegurar el predominio de las fuerzas de la izquierda en Euskadi a modo de antesala de futuras reclamaciones independentistas en las que encontrarían coincidencia y apoyo por parte del PNV. Ese era, a grandes rasgos, el núcleo del discurso de Mayor Oreja que en ningún momento fue desautorizado por Mariano Rajoy u otros dirigentes populares. De hecho, el PP se presentó a las elecciones con un programa en el que se comprometía a luchar por la ilegalización de Amaiur. ¿Qué ha pasado? ¿Qué es lo que ha hecho que, ya en el Gobierno, los populares hayan cambiado de criterio -o lo parezca- respecto de cómo hay que enfocar el final de ETA y las pretensiones de quienes la apoyan? ¿De qué hablaron Rodríguez Zapatero y el flamante ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, durante las dos horas y media que duró la entrevista solicitada por el expresidente del Gobierno a los pocos días del relevo ministerial?
Se acabará sabiendo.