Actualizado 30/12/2006 01:01

Fernando Jáuregui.- Las grandes noticias de 2007 (3 de 3).- Zapatero mueve ficha; Rajoy, tampoco

MADRID 30 Dic. (OTR/PRESS) -

La verdad es que la última comparecencia informativa de José Luis Rodríguez Zapatero, este viernes en La Moncloa, fue prolija y larga, pero aportó muy pocas novedades acerca de lo que piensa hacer en temas fundamentales, especialmente, desde luego, en el proceso de paz en el País Vasco. Que se alarga sin que nadie -probablemente, el presidente el primero- sea capaz de vislumbrar el cuándo y el cómo de la salida del túnel. Un túnel de treinta y siete años de pesadilla, que sucesivos gobiernos, en la dictadura y en la democracia, no han podido o sabido resolver. ¿Será ahora? ZP no nos dice mucho, y quizá le sea imposible ahora decir más: estamos mejor que hace un año y estaremos mejor dentro de un año. Es decir, que en 2007 han de ocurrir cosas en el terreno de las iniciativas para lograr que la banda terrorista ETA deje de matar definitivamente y, más aún, desaparezca.

Resulta curioso que aún no hayamos podido escuchar del presidente del Gobierno -al menos, en público- un análisis claro, completo, coherente y de futuro acerca de cómo piensan él y sus aliados afrontar la negociación o, como dicen quienes no quieren comprometerse más, el proceso, una palabra que gusta poco en el PP. Y si ni siquiera les gusta el término "proceso", imaginen ustedes lo que gustará todo lo demás -suponiendo que alguien sepa qué es 'todo lo demás'- en el principal partido de la oposición. Y, así, vemos que parece que Zapatero mueve ficha, aunque en realidad sea poco lo que mueve. Y Rajoy, aún menos. El tablero, aunque en apariencia está sometido a frenéticas mudanzas, está, en realidad, estático.

Y eso que tengo para mí que existe un mayor grado de acuerdo entre Zapatero y Rajoy de lo que dejaron ambas partes evidenciar en sus respectivas comparecencias informativas posteriores a la 'cumbre' entre ambos en La Moncloa la pasada semana. Eso lo veremos en su día, pero resultaría penoso llegar a la convicción de que los dos principales partidos políticos españoles actúan de manera egoísta, electoralista o con irresponsable rivalidad en asunto tan serio, de tanta trascendencia, como el fin definitivo de una angustia con la que muchos millones de españoles hemos vivido durante una parte de nuestra vida consciente.

Oiremos hablar mucho de ETA este año, ya lo verán. De la división en la banda entre quienes quieren negociar con el Gobierno y quienes lo rechazan. De las apelaciones de Batasuna a los tribunales internacionales, en la esperanza de que dictaminarán a su favor en la comparecencia a las elecciones municipales de mayo. Del acercamiento de presos de ETA a las cárceles de Euskadi, seguramente antes de cinco meses. De la autodeterminación en el País Vasco, que, en el fondo, se solventará, también lo verán, con el referéndum sobre un nuevo Estatuto, como ocurrió en Cataluña.

Y, ojalá no me equivoque, asistiremos a un acercamiento de posiciones, no sólo entre el Gobierno y ETA -qué remedio le queda a la banda, debilitada, dividida, espiada desde dentro-, sino también, en el lado de los 'buenos' -todos nosotros-, entre los socialistas y los populares. Ya digo: a pesar de la escenificación de la discrepancia que hoy está vigente en el gran teatro de la política española, la sociedad quiere acuerdo y pacto en este asunto, y así lo muestran todos los sondeos de opinión conocidos.

Sería, este acercamiento entre todas las partes, la mejor noticia posible para este 2007 que ya se nos ha venido encima, olvidando a un 2006 que ha estado demasiado lleno de tensiones, crispaciones y divisiones. Digamos, pues, amen, y muchas felicidades a todos.

Fernando Jáuregui.

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