Actualizado 29/08/2007 02:00

Fernando Jáuregui.- No te va a gustar.- Ay, Paco, lo que te pierdes

MADRID 29 Ago. (OTR/PRESS) -

Las noticias, aunque las esperes, te golpean cuando llegan. Como la muerte de Paco Umbral. No puedo presumir de estar entre sus amigos, pero sí entre sus lectores y entre quienes degustaban sus crónicas coloristas -que la crónica, con coña y algo de mala uva, es patrimonio de los elegidos, y Paco era, no exagero, el Larra de nuestros tiempos, aunque un pelo más egocéntrico, con mirada unos gramos menos desesperada-. Los periodistas sabemos dónde residen los escasos tesoros que puedes encontrar en el negro sobre blanco que enriquece el papel que manchan las rotativas: Paco Umbral era uno de esos tesoros. Por raro y por talentoso, por descreído y porque se involucraba como sin mojarse en la torrentera, ya no era uno de nosotros, aunque lo fue: pero volaba por encima de nuestras cumbres. Y era capaz también, si preciso fuere, de volar por debajo. Así, claro, no había quien lo ganara.

Siempre me ha parecido que hay que divorciar al autor de su obra, en este caso un centenar de libros y qué se yo, ¿un millón? de crónicas. Aunque quienes rozan la genialidad suelen poner también, lo digo invirtiendo los términos de Oscar Wilde, talento en su vida. Desde la distancia, me permito decir que Paco Umbral no era un tipo fácil y, desde luego, ni era un cualquiera ni era vulgar. Te entraba por el ojo derecho o no te entraba. Pero, te gustase o no, representó, durante bastante tiempo, la conciencia intelectual en un mundo yermo de intelectuales, romo de pensamiento crítico. Bueno, allá estaba Paco, cubriendo ese hueco dignamente, desde su atalaya altanera y con bufanda, yendo a la cola del pan, que es donde se pescan las noticias.

Y lo que te pierdes, Paco. Tanto rifirrafe canalla o, sin más, descerebrado. Qué no hubieses escrito tú sobre la marcha de Rosa Regás, sobre la dimisión del fiscal general de Bush, sobre las vacaciones asturianas de nuestro presidente, que nos duerme tan bien. Estamos en un país en cambio, o sea. Y la de crónicas que te quedarían por escribir, acá, donde pacemos aún los mortales, aunque algunos se crean (¿qué bobada, verdad?) inmortales. Ay, Paco, lo que te pierdes y cuánto vamos a echar de menos un poco de distante lucidez, de veneno desdeñoso, para contar en los periódicos la que nos viene encima... Fernando Jáuregui

Contenido patrocinado

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Sánchez, al fin, sale a la ofensiva, pero ¿qué ofensiva?

Foto del autor

Antonio Casado

Memoria de Rubalcaba

Foto del autor

Fermín Bocos

Annus horribilis

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Castillo de naipes