MADRID 23 Dic. (OTR/PRESS) -
En realidad, han sido muy escasas las novedades que ha relatado Mariano Rajoy después de sus noventa minutos con el presidente Zapatero. El mismo jefe opositor había tenido buen cuidado de avanzar a los medios de comunicación lo que iba a decirle a Zapatero, para evitar el riesgo, según indicó, de que le forzaran a decir algo que no deseaba... En esencia, había tres puntos de firmeza en el líder de la oposición: Primero y principal, Rajoy no quiere que se hable con ETA salvo para recibir la comunicación de que la banda abandona las armas y la violencia de manera definitiva- Segundo, que no se puede legalizar Batasuna hasta que ETA anuncie ese abandono de las armas, y por consiguiente, no cabe mesa de partidos ni participación de Batasuna en las elecciones municipales de mayo. Y en tercer lugar, la advertencia también reiterada con anterioridad de que el fiscal general debiera mantener su condición de defensor de la legalidad y no acomodarse a planteamientos o intereses políticos del momento en sus decisiones sobre etarras o batasunos. Rajoy ha insistido en que no le han dado certidumbres sobre las cuestiones planteadas: la presentación de Batasuna a las elecciones o la mesa de partidos. Rajoy explicó a los periodistas que, esencialmente, y con esos planteamientos previos, había explicado al presidente la política antiterrorista del PP, que entiende que es distinta a la que tiene el Gobierno, "si la tiene".
Nuestra política del PP, dice Rajoy, es la que quiere la inmensa mayoría de los ciudadanos: que se acabe ETA sin el pago de ninguna factura política. No deseo otra cosa, que ETA desaparezca, y estoy dispuesto al consenso que pudiera facilitar ese objetivo, dijo en otro momento.
Pero ha insistido, como después de anteriores encuentros, en que el presidente no le ha dado certezas, ni mucho menos le ha dado satisfacción a sus planteamientos. Sencillamente, el presidente le ha llamado para darle la información "de tipo general que le parecía conveniente". De sus propias conclusiones, deduce Rajoy que no cree que ETA haya renunciado a nada, ni siquiera que se haya producido alguna reunión con ETA, aunque "tampoco me lo ha desmentido". "El presidente del Gobierno informa de lo que quiere, y yo explico nuestra política antiterrorista, que es distinta a la del gobierno", ha dicho para resumir una situación de diálogo cruzado y nada coincidente entre ambos, como viene sucediendo desde hace meses.
¿Buscaba implicar al PP en la nueva fase de contactos con ETA? Insiste Rajoy en que acudió a la invitación del presidente "para informarme de lo que ha querido, de lo que él le ha parecido oportuno. Yo he atendido esa llamada, y le he manifestado mi posición y mis preocupaciones. Y no hablo de temas menores". Otra cuestión de los periodistas: ¿Ha servido para algo esta reunión?
"Todas las reuniones sirven para algo: el presidente me ha informado de lo que él cree que debe informar, y el encuentro a mí me ha servido para exponer mi propia política antiterrorista, que creo que coincide con la opinión d e los españoles sobre estas materias". O sea, que cada uno, a lo suyo, sin la menor coincidencia... Eso sí, insiste Rajoy en que cuando el gobierno haga cosas que no le parecen razonables o convenientes, lo seguirá diciendo públicamente y en el parlamento, como ha criticado las actuaciones del fiscal, que "el proceso" se llevara a las instituciones europeas, o el protagonismo de Batasuna. Dice Rajoy que no he criticado la mesa de partidos porque no se ha constituido, ni ha criticado una mesa de partidos porque confía en que no llegue a constituirse... pero es evidente que no quiere que se negocie de política con ETA o con Batasuna "que son lo mismo".
Con una alusión final a "lo que está ocurriendo estos días", en referencia a la violencia terrorista en las ciudades vascas: En esta situación, el gobierno no debe reunirse con ETA, salvo para determinar cómo y cuándo se disuelve de una vez. Un punto más, al margen de ETA y el proceso: en lo que queda de legislatura, ni al presidente ni a mí nos parece posible una reforma constitucional esta legislatura, que debiera hacerse de acuerdo entre los dos grandes partidos. Pero es obvio que eso no podrá suceder en esta legislatura.
José Cavero