Actualizado 03/11/2006 01:00

Julia Navarro.- Escaño Cero: Rectificar es de sabios,

MADRID 3 Nov. (OTR/PRESS) -

Los resultados electorales en Cataluña deberían de abrir un periodo de reflexión en todos los partidos en general, puesto que si hay algo que ha quedado evidente es el desapego y malestar de la sociedad catalana con su clase política. Claro que un defecto común a todos los partidos es la escasa capacidad de autocrítica que suelen tener sus equipos dirigentes. Sin embargo hay ocasiones en que, por más que intenten mirar hacia otro lado, no tienen más remedio que afrontar errores.

Ojalá sea esta una de esas ocasiones en las que los socialistas cojan el toro por los cuernos y analicen el porqué de sus malos resultados electorales en Cataluña. Y es que los socialistas catalanes han sufrido un duro revés, por más que tienen una base muy sólida de votantes incondicionales.

Algunos echarán la culpa al candidato, José Montilla, diciendo que tiene poco "tiron" y que sus cualidades de liderazgo son más discutibles, pero son los mismos que le eligieron creyendo que podía recuperar la confianza de los sectores sociales más desfavorecidos, de los ciudadanos del "cinturón rojo" de Barcelona, o de tantos otros lugares de Cataluña.

A mi juicio el problema del PSC es que ha perdido su alma socialista traicionando a sus votantes. El PSC se ha convertido en un partido nacionalista, su discurso es catalanista e identitario, y el propio Montilla, cordobés de origen, ha hecho una campaña más preocupado en poner el acento en el catalanismo que en los problemas reales de los ciudadanos. Son muchos los votantes socialistas que han dado su voto al nuevo partido De Ciudadanos de Cataluña, solo hay que mirar donde han obtenido los votos está formación.

Al PSC se le ha olvidado que sus votantes son sobre todo inmigrantes de otros lugares de España, andaluces, extremeños, gallegos, etc, que un día llegaron a Cataluña buscando trabajo y allí se han quedado y han nacido sus hijos, y para los que la "identidad catalana" no solo no significa nada sino que la ven como una amenaza. Una de las escenas más patéticas que he visto en la política española fue el día en que Manuela de Madre, desde la tribuna del Congreso de los Diputados defendió ardorosamente el texto del Estatuto enviado por las Cortes catalanas. Que una socialista inmigrante defendiera aquel texto resultaba, ya digo, patético.

O el PSC vuelve a pisar la calle y se deja de debates identitarios y de intentar demostrar que para catalanistas ellos, o esa traición a sus votantes les terminará llevándoles a perderlos.

Por cierto que Zapatero también es coparticípe del revés sufrido por Montilla. Los hombres del presidente presumían de que en las encuestas Zapatero aparece como un político bien valorado en Cataluña. Bueno, pues a la vista está lo que piensan los catalanes de su política autonómica. En realidad ya se lo dijeron con el referendum del Estatuto, éste es el segundo aviso. Esperemos que sean capaces de rectificar.

- Julia Navarro.

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