MADRID 28 May. (OTR/PRESS) -
El Producto Interior Bruto registró en el primer trimestre del año un crecimiento del 4,1 por 100. La economía española se acelera impulsada por el dinamismo de la inversión, por el empuje de la industria y por la entrada de inmigrantes. Al mismo tiempo, el consumo privado se desacelera con suavidad y el sector exterior reduce su aportación negativa al crecimiento del PIB a causa de la recuperación económica de la UE y, en especial, del tirón de Alemania. Estos datos reflejan un notable vigor de la coyuntura que parece contradecir los augurios de un final próximo para el ciclo de expansión protagonizado por España desde hace casi tres lustros, el más largo de la historia contemporánea.
De momento, la economía española no parece sentir los efectos de las subidas de interés aplicadas por el BCE. La moderación del gasto de las familias es irrelevante y el vigor de la inversión no se ve afectado por el encarecimiento del dinero. El único síntoma de que algo puede ir mal es la desaceleración de la obra en edificación tanto residencial como no residencial, lo que es coherente con la necesidad de ajustar el brutal crecimiento de los últimos años. En cualquier caso, nada sugiere que la época de vacas gordas termine en el horizonte del corto plazo. Así lo anuncia también la bolsa que, como sabemos, suele anticipar la evolución de la economía con un año de antelación.
¿No habrá pues problemas? ¿Estamos ante unas perspectivas de expansión permanente? La respuesta es negativa. Hay que distinguir lo qué se ve y lo que no se ve. Todos vemos deslumbrados una superficie económica en la que todo va bien. Sin embargo existe un malestar de fondo que antes o después saldrá a la superficie. Seguimos acumulando pérdidas de competitividad, el endeudamiento de las familias no se reduce, se están acometiendo inversiones en bienes de equipo insostenibles con tipos de interés más altos...Antes o después se producirá un ajuste y será muy duro porque habrá que purgar los excesos cometidos en los años buenos. Entre tanto disfruten de la fiesta.
Lorenzo Bernaldo de Quirós.