MADRID 23 Abr. (OTR/PRESS) -
La estrategia socialista destinada a convertir al PP y a su líder Rajoy en cavernícolas reaccionarios saltó en pedazos tras la comparecencia del Presidente de los populares en el programa de la Uno 'Tengo, Una Pregunta Para Usted'. El bueno de D. Mariano mostró un temple, una naturalidad y un sentido del humor notables que contrastaron con la imagen entre un "madelman" y "robocob" ofrecida por Zetapé la semana anterior. Además, actuó en un escenario cuajado de dobermans dispuestos a hacerle pedazos antes de escuchar cualquier argumento. Como a Daniel, le echaron al foso de los leones pero salió ileso. Si algo se demostró en la emisión de la pública es que cualquier parecido con la independencia es una broma.
A su pesar, los gestores de la telegobierno permitieron que durante cerca de 2 horas los espectadores pudiesen ver de verdad quién es y qué piensa el principal dirigente del primer partido de la oposición. Cualquier rasgo de radicalidad o de extremismo quedaron fuera de su personalidad y de su discurso. Incluso desde una óptica púramente visual, Rajoy tiene un rostro apacible y unos rasgos serenos mientras Zetapé tiene cara de "malo". Esta es una observación tan sólo telegénica que, se lo aseguro, no tiene connotaciones valorativas. En cualquier caso, nadie puede creer que el PP es un partido de extrema derecha o algo parecido después de la intervención "rajoyana".
En un país normal, con un sector importante de la población fluctuando entre los dos grandes partidos, 'Tengo una Pregunta para Usted' hubiese supuesto un indiscutible paso adelante en sus aspiraciones de ganar las elecciones. Lo hizo mucho mejor que Zetapé y demostró un conocimiento de la realidad y una cercanía a la población muy superiores a las del todavía inquilino de la Moncloa. Sin embargo, en el polarizado panorama de las dos Españas es difícil que D. Mariano haya logrado atraer voto alguno del socialismo reinante y eso sí habrá dado una satisfacción a la moral de sus votantes.
Lorenzo Bernaldo de Quirós