MADRID 9 Mar. (OTR/PRESS) -
Retirar de una exposición unas fotos que fueron noticia, en una exposición de fotografías periodísticas, porque un mentecato haya considerado que no eran lo suficientemente serviles o lisonjeras con el poder político, demuestra que en el PP valenciano hay dirigentes que además de autoritarios son tontos.
Que el primer ministro, o sea, el presidente del Gobierno, defienda públicamente a un juez, que está pendiente de un encausamiento por prevaricación, es un acto imprudente, porque ya la Fiscalía General depende del Gobierno, y como el presidente del Gobierno no es precisamente el botones de una sucursal bancaria, suena a coerción y amenaza sobre los jueces que han de juzgar el caso, o sea, a interferencia en la independencia judicial.
Que un señor que ha sido ministro de Interior, y no de los malos, y que parece sensato, como Jaime Mayor Oreja, diga que el aborto es una cuestión de bolcheviques, demuestra que puede tener tantos conocimientos sobre el aborto como un ginecólogo, pero no sabe que los bolcheviques eran bastante puritanos.
Que un ministro de un país, supuestamente amigo, diga de un juez español, que intenta comprobar los serios indicios de colaboración entre ETA y las FARC. asegure que pertenece a la mafia de José María Aznar, conectada con el involucionismo fascista, sin que a nadie se le haya movido una pestaña, es como para empadronarse en Andorra. Ni Felipe González hubiera consentido esas palabras de Adolfo Suárez, ni Aznar hubiera permitido el insulto a Felipe González.
Me gustaría ser forofo del PP o del PSOE, porque sólo me molestarían el 50% de las estulticias, pero ser independiente es sufrir.