Actualizado 21/11/2006 01:00

Ramón Pi.- Los hechos.- Desde la libertad

MADRID 21 Nov. (OTR/PRESS) -

Los actuales dirigentes de la banda terrorista ETA han hecho saber al Gobierno que toda negociación quedará rota si "le pasa algo" al asesino múltiple De Juana Chaos, que está en huelga de hambre en la cárcel. No parece que mensajes de este porte sean la expresión de voluntad negociadora, ni mucho menos de decisión irrevocable de abandonar las armas y las bombas. Sólo un mensaje así debería bastar y sobrar para que el Gobierno, en cumplimiento de las condiciones impuestas por el Congreso de los Diputados para negociar con la ETA, rompiera todo contacto de forma automática. En lugar de eso, sin embargo, lo que dice (y sobre todo, lo que hace) el Gobierno es mantener los contactos en busca de una negociación formal con los asesinos a pesar de todo.

Este fin de semana, como ya vuelve a ser costumbre, las larvas de asesinos que forman esas juventudes terroristas a las que Arzalluz llamó "los chicos de la gasolina" han vuelto a sembrar de violencia las calles del País Vasco con destrozos de cajeros automáticos y mobiliario urbano diverso. Sólo por estas acciones, el Gobierno debería haber roto hace tiempo cualquier contacto con la banda, cumpliendo las condiciones impuestas por el Congreso, que exigió la ausencia de violencia como expresión de un primer indicio de voluntad de entregar las armas y las bombas. Pero en vez de dar por concluida esta mascarada, Rodríguez Zapatero insiste e insiste: se negociará con los terroristas "como sea".

Estos son los hechos. Luego vienen el portavoz Moraleda, el número 2 del PSOE Blanco y el ministro Pérez Rubalcaba a sembrar la confusión con su bla, bla, bla. Y pásmense: hay quienes se los creen.

Ramón Pi.

ramon.pi@sistelcom.com.

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