MADRID 10 Feb. (OTR/PRESS) -
Hoy domingo, si la autoridad competente no decide lo contrario, se manifestarán por las calles de Bilbao los seguidores de ese extraño partido llamado PCTV que, junto a ANV, han quedado suspendidos de actividad por el juez Garzón.
Las llamadas 'Nekanes', que con tanta disciplina han seguido todas las instrucciones de los dirigentes de Batasuna (pagando incluso sus cuentas de mantenimiento), convocaron el viernes, junto a ANV, a una marcha para protestar por el intento del PSOE de "cortar cualquier vía política para salir de la confrontación".
Confrontar, esa palabra tan utilizada por el mundo de ETA, quiere decir, exactamente: cotejar una cosa con otra y especialmente escritos. No tiene, como ven, nada que ver con colocar una bomba en los juzgados de Vergara con quince kilos de explosivos, ni con los intentos a la desesperada de matar que llevan haciendo los terroristas desde que suspendieron el alto el fuego con el atentado de Barajas.
Eso se llama vulgarmente extorsión y terror. Por cierto, la alcaldesa de Vergara, de ANV, no se acercó después de la explosión a la puerta de los juzgados para comprobar los daños de un edificio de su municipio o las necesidades de los vecinos. Aún así, como vivimos en un Estado de Derecho, el Tribunal Supremo ha decidido analizar despacio todas las pruebas antes de suspender de actividad al grupo parlamentario del PCTV y a los grupos municipales de ANV. Manuel Pacheco, el abogado del Estado, defendió ante la Sala 61 no solo la ilegalización de ambas formaciones sino la suspensión del grupo parlamentario de las 'Nekanes' y de los municipales de Acción Nacionalista Vasca. Pero sobre todo, reclamó el embargo de cuentas y depósitos existentes a nombre del grupo parlamentario, considerando que el bloqueo de esas cuentas era 'más trascendente' para el interés general. Teniendo en consideración que, de esas cuentas, según ha comprobado la Guardia Civil, salió el dinero para financiar a Batasuna, no andaba muy descaminado el abogado del Estado. Cuando ETA rompió el llamado proceso de paz, el responsable de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió que al mundo de ETA, y no solo a los terroristas, les iba a ir muy mal. Los dirigentes de Batasuna y estos partidos satélites no calcularon cuanto de cierto había en esta afirmación; dicha por un ministro que desde el atentado de Barajas tuvo claro que no había nada más que hablar con quienes solo sabían asesinar. Puede que hoy muchos ciudadanos vascos crean sus consignas y salgan a la calle en Bilbao. Pero suspendidos o ilegales, sin subvenciones públicas, y con casi todos los dirigentes de Batasuna en la cárcel las cosas pintan bastos para los que ayuden a ETA. Muchos pensarán que era hora.
Victoria Lafora