MADRID, 2 Dic. (Álvaro Velasco) -
No veo la televisión. No soy uno de esos pedantes que presumen de pasar de la tele, me encanta. Era un niño gordo que creció pegado a un monitor. Ahora apenas la uso. Si tengo interés en algún producto audiovisual, ya pago Yomvi y Filmin. Puedo presumir que soy socio y usurario activo de uno de los pocos videoclubs que quedan operativos en el centro de Madrid. Si aún así no encuentro el producto en cuestión siempre queda series.ly.
¿Quiere decir esto que no use la tele convencional? No. Quitando los informativos, el resto de programas los leo. O la veo acompañado de miles de personas. Es lo que ha conseguido twitter. Que en determinados espacios o acontecimientos mire más la pantalla de mi móvil para que me cuenten con humor o de forma analítica lo que está pasando en la tele que a la propia TV. Voy a poner un ejemplo. El pasado sábado iba a salir a 'tomar un algo'. Cierto que llegaba a casa cansado de un viaje. Fue poner mientras cenaba Telecinco, coger el móvil y... Estaba atrapado leyendo chistes de Francisco Nicolás. Al final no salí. Y fue divertido.
Algunos programas se han convertido en clásicos tuiteros. Os juro que nunca he visto ni un solo fotograma de Top Chef. Eso sí, puedo hacer chistes del tal Honorato sin ponerle cara. Ahora Adán y Eva -lo de meter a un negro vasco con dos bisexuales es lo más 'berlanguiano' que han emitido en mucho tiempo en la tele- o los tróspidos hace meses son las estrellas de la red. Trending Topic seguro y mucha risa. Sin olvidar los partidos de fútbol de la Champions o de la selección nacional. Y no pasa desapercibido. Las cadenas de televisión cada vez tienen más en cuenta lo que llaman audiencia social. Qué se dice y quién lo dice.
En este sentido hay días del año que son grandes. En 30 años que tengo nunca me había interesado lo más mínimo Eurovisión. Ahora con Twitter, es un día para quedar varios amigos y disfrutar con el teléfono en la derecha y cerveza en la izquierda. Incluso espacios tan poco televisivos para la gran mayoría de la audiencia, como el debate sobre el estado de la Nación, se han transformado en jornadas muy propicias para esta red social.
Twitter y televisión se necesitan. Esta red social llegó a ser lo que es hoy en día gracias a que muchos famosos televisivos entraron en ella. A su vez, gracias a poder 'leer la tele' los espectadores pueden buscar un programa concreto a una hora determinada. Algo cada vez más difícil con la gran oferta a la carta existente. Cada vez más, twitter es la segunda pantalla de la televisión.
