MADRID, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
El salesiano maltés Fabio Attard es el Consejero General de pastoral juvenil de la Congregación Salesiana, el máximo responsable, a nivel mundial, de la animación pastoral que realiza la congregación en los 130 países donde trabajan los salesianos.
A través del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) alrededor de 7000 jóvenes participarán en la JMJ, una "oportunidad pastoral" como han señalado los encargados de la pastoral salesiana. El responsable de la pastoral de los Salesianos responde a algunas preguntas sobre estas jornadas y la participación de los jóvenes que provienen del MJS.
La participación del MJS en la JMJ es una participación natural en lo que es el camino del MJS dentro de la Iglesia. Es una oportunidad para afianzarnos en la fe con otros jóvenes y junto al Sucesor de Pedro.
El valor de la JMJ se encuentra en el hecho de que son Jornadas integradas en un camino. La JMJ no es un acontecimiento aislado, sino que tiene un antes y un después. El que participa en una JMJ ha hecho un camino preparatorio con otros jóvenes, y la experiencia continúa después, siempre en comunión con otros jóvenes. El valor está precisamente aquí. Quien lee la JMJ fuera de este contexto, no sabe qué es lo que están viviendo los jóvenes ni qué es lo que buscan a través de la experiencia de la JMJ. Por eso su valor pastoral es fundamental: reforzar el camino de la fe, y esto el joven lo hace compartiendo el camino con muchos otros que están viviendo la misma experiencia maravillosa.
Para un espectador superficial, el interior del corazón de los jóvenes es una realidad que se le escapa. El 'espectáculo' es un escenario útil pero tiene un puesto funcional al servicio de una realidad más profunda, que es más cercana y realmente buscada por parte de los jóvenes. Es interesante ver y leer estudios que se han hecho sobre la JMJ: gran mayoría de los jóvenes participa en más de una JMJ, y entre una y otra, su camino de fe continúa y se refuerza. Además, la alegría y la amistad sentidas y vividas así son un medio con un valor positivo.
Que se sientan en camino; que la propia vida es ya una experiencia que en contacto con la fe en Jesucristo lleva a descubrir un valor mayor. En una reciente entrevista en Francia, un articulista hacía ver que los jóvenes vienen a la JMJ con sus propias dudas. Esta es un dato interesante: participan en un encuentro que no niega el esfuerzo de creer. Participando, los jóvenes confirman el hecho de que merece la pena apostar por la fe. Con Jesús, los jóvenes saben que siempre salen vencedores.
Que Madrid se convierta en un cenáculo para todos, especialmente para aquellos jóvenes que a través del MJS han encontrado el espacio justo de la fe vivida con alegría y entusiasmo. En esta ocasión participamos con cerca de 7000 jóvenes que vienen de 53 países. Esperamos que el Espíritu de Dios los afiance en la fe en Jesucristo y que se conviertan en apóstoles entre sus amigos, allí donde el Señor los envía.
