El CICR advierte de que las esperanzas de futuro de la población civil afgana se están "desmoronando"

Actualizado: lunes, 8 octubre 2012 15:10

GINEBRA, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -

El jefe saliente de la delegación de Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Afganistán, Reto Stocker, ha advertido este lunes en Kabul de que el conflicto armado que sufre el país ha ido "a peor" para una población civil atrapada en "múltiples frentes" y cuyas esperanzas de futuro "se han ido desmoronando poco a poco".

"Dejo este país con una profunda preocupación", ha declarado Stocker, quien deja Afganistán tras siete años en el cargo. "Desde que llegué aquí en 2005, los grupos armados locales han proliferado, la población civil se ha visto atrapada en, no una, sino múltiples líneas del frente, y cada vez es más difícil para los afganos conseguir asistencia sanitaria", prosiguió, citado en un comunicado del CICR.

"Además del conflicto armado, el sufrimiento de la población civil se ve agravado por otros factores", como las dificultades ocasionadas por la coyuntura económica, los problemas meteorológicos o los desastres naturales, que "se han multiplicado", señaló. "Las esperanzas de futuro se han ido desmoronando poco a poco", manifestó.

El jefe saliente de la misión hizo especial hincapié en la falta de acceso a la asistencia sanitaria que sufren los afganos. "Algunas cosas deberían ser intocables, y poner en peligro la asistencia sanitaria tendría que ser una de ellas", declaró Stocker, quien denunció "los ataques al personal, los vehículos y las instalaciones de salud".

ALGUNOS AVANCES

Pese a ello, admitió, se han constatado algunos progresos. "En comparación con décadas precedentes, los medios de comunicación y la sociedad civil están denunciando más enérgicamente la dura situación que atraviesa la población", afirmó Stocker.

"En estos años, el CICR ha podido plantear sus preocupaciones a las diversas partes en conflicto de una manera más directa y franca", explicó. Aparte, "las partes se han mostrado más dispuestas a escucharnos y a seguir algunas de nuestras recomendaciones en relación con la conducción de las hostilidades y con la detención", prosiguió. "No se puede decir lo mismo de otras zonas de conflicto actuales", agregó.

Entre sus labores, el CICR sigue visitando a miles de personas encarceladas en relación con el conflicto armado en los centros penitenciarios de todo el país, tanto los que se encuentran bajo control afgano como los que se hallan bajo control internacional. "Nos preocupa que, con la retirada de las fuerzas internacionales y la reducción de la financiación destinada al Gobierno afgano, resulte más difícil mantener unas condiciones aceptables en las cárceles", advirtió.

El CICR trabaja desde 1979 en Afganistán, un país que alberga la misión de mayor envergadura en todo el mundo de la organización en lo que respecta a los recursos asignados. La institución cuenta con más de 1.800 colaboradores que trabajan en 15 oficinas y con un presupuesto de 89 millones de francos suizos (73,5 millones de euros) para 2012. El nuevo jefe de la delegación del CICR en Afganistán, Gherardo Pontradolfi, asumió su cargo este mes.