BRUSELAS, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Educación y Cultura, Ángel Gabilondo, defendió este lunes en Bruselas el objetivo de la presidencia española de la Unión Europea de garantizar, desde las instituciones europeas, "más educación de calidad y para todos" y la necesidad de impulsar un "nuevo modelo de economía sostenible" en Europa basado en el conocimiento y la innovación, sobre todo en "momentos de grandes dificultades económicas" y, en este sentido, rechazó un modelo en el cual la educación se venda y defendió la necesidad de "hacer un esfuerzo adicional por la integración de personas que vienen de otros países para evitar situaciones conflictivas sociales".
"No habrá ninguna verdadera salida de la crisis si no se sitúa a la educación en el centro de las políticas", lanzó Gabilondo ante los eurodiputados durante su primera comparecencia ante la Comisión de Educación y Cultura de la Eurocámara para presentar las prioridades de la presidencia española en este semestre. "A mejor formación y más cualificada, mayor nivel de empleabilidad", apostilló.
Aunque Gabilondo recordó que son los Estados miembros los que tienen competencia en materia educativa, defendió reforzar el modelo abierto de coordinación para impulsar la cooperación entre los Veintisiete en este ámbito, situar la educación en el corazón de la estrategia de Crecimiento y Empleo en la Unión en 2020, reformar la dimensión social de la Educación, promover nuevas capacidades para crear nuevos empleos e impulsar el Espacio Europeo del Conocimiento como "líneas prioritarias" de la presidencia española.
El ministro recordó que 2010 es el Año Europeo de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social y recalcó que "la educación es la primera política social" como "elemento nivelador de primer orden" y "el mejor camino para salir de la pobreza es precisamente la educación" y rechazó entrar a debatir las diferencias educativas en los distintos Estados que ponen de manifiesto informes como el de Pisa.
"Los Estados miembros de la Unión tienen en este ámbito características muy disparos, pero tenemos desafíos comunes como garantizar el acceso en condiciones de igualdad a la educación infantil y primaria, la lucha contra el abandono escolar temprano en todos los niveles, las políticas de educación inclusiva para estudiantes con necesidades especiales y la inclusión social de grupos desfavorecidos como inmigrantes o minorías culturales", explicó.
ADMITE "RETICENCIAS" PARA IMPULSAR EL PROCESO DE BOLONIA
Al abordar el Proceso de Bolonia que deberá articular el Espacio Europeo de Educación Superior, Gabilondo admitió que "aún nos queda mucho por hacer" para "convencer" a las comunidades educativas de los beneficios de la reforma europea y se mostró partidario de "buscar mecanismos de participación de esas comunidades educativas" en el proceso de transformación educativa que implica Bolonia..
"Ni habrá Bolonia, ni habrá nuevo espacio europeo, ni habrá nueva forma de educación sin las comunidades educativas y sin los profesores. Ellos son los verdaderos agentes de la transformación y, por tanto, no se trata de convencerles, como si ellos hubieran de cumplir un mandato adoptado en otro lugar, sino de reconocer su implicación como un factor determinante. Si esto es así, yo creo que habrá menor reticencias" a concluir el proceso, explicó. Sin su implicación en la reforma, dijo, "probablemente el proceso de Bolonia no logrará los frutos que precisamos".
En cualquier caso, quiso dejar claro que el Proceso de Bolonia no implica "eliminar las legítimas diferencias" entre universidades ni que cada una "pierda sus singularidades" sino impulsar "sistemas equiparables, también comparables y compatibles". "La diversidad es compatible con espacios comunes", aseguró.
Asimismo, reivindicó el papel de las titulaciones universitarias "que no tienen rentabilidad económica" y que sí guardan relación con "el concepto de rentabilidad social" como las disciplinas de ciencias sociales. "Es importante que en nuestra escala de valores sepamos que la rentabilidad social y la rentabilidad económica son compatibles", apostilló.
Por otra parte, el ministro de Educación reconoció que las universidades en Europa deben "ser más flexibles" y pidió "no hacer un retrato homogéneo" del sistema de educación superior, al ser preguntado por su postura acerca de las universidades privadas y las franquicias educativas, dado que "algunas están más vinculadas a una rentabilidad económica y otras de servicio público".
En todo caso, se mostró partidario de "sistemas compatibles que puedan convivir con otras formas de universidades" y "modelos de financiación del sistema universitario que permita formulas mixtas de financiación", sin descartar "abrir" un debate sobre "nuevos recursos" necesarios. "La educación no se compra ni se vende. Debe estar al margen también de lo que podemos llamar un mercado de compra venta", agregó.
A pesar de esto, Gabilondo insistió en que la universidad en Europa "no debe vivir cerrada y plegada en si misma" sino que deben estar "muy vinculadas con los ámbitos locales, territoriales, en un contexto social y territorial" y tener "mentalidad emprendedora" sin vivir, dijo, "de espaldas de los empresarios" y apostar por los "campus de excelencia" para identificar el mejor sitio donde estudiar una disciplina dada en Europa. "Hoy hemos aprendido que podemos proponernos conjuntamente objetivos y trabajar juntos...", explicó, en alusión a la empresa y a la universidad.
FORMACIÓN Y MOVILIDAD
El ministro subrayó la importancia de primar la "formación a lo largo toda la vida" para que las personas adquieran la "versatilidad" necesaria para "adaptarse a tareas distintas" y a un entorno laboral en constante cambio, incluido a través de programas de Formación Profesional y aprendiendo otros idiomas, uno de los "déficits singulares" de países como España y Reino Unido. "Hay que hacer una prioridad de la formación de idiomas", admitió, al tiempo que identificó la Formación Profesional como "un elemento fundamental para el desarrollo socioeconómico y el progreso de la sociedad".
Por otra parte, Gabilondo incidió en la necesidad de impulsar la movilidad de estudiantes y profesores en el conjunto de la UE como factor de integración europea al asegurar que el programa de becas de intercambio de estudios europeo "Erasmus ha hecho más para Europa que muchos discursos" y también se mostró partidario de impartir disciplinas artísticas "en todos los niveles" educativos como forma de aumentar y promover la creatividad y la innovación en la Unión.
