El Papa, a los oblatos benedictinos: "La lengua es para alabar a Dios, no para chismorrear sobre los demás"

El Papa Francisco
El Papa Francisco - Evandro Inetti/Zuma Press Wire/D / Dpa
Publicado: viernes, 15 septiembre 2023 17:59

   ROMA, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -

   El Papa Francisco ha señalado que la "lengua es para alabar a Dios, no para chismorrear sobre los demás" y ha advertido de que actualmente "la tentación es encerrarse en uno mismo", algo que se hace también con el "chismorreo, ensuciando a los demás".

   Así lo ha manifestado el Pontífice durante la audiencia a los participantes en el V Congreso Mundial de los Oblatos Benedictinos, donde ha instado nuevamente a "a no encerrarse en el individualismo y en la indiferencia ante los necesitados y a no caer en la habladuría que ensucia a los demás", según ha informado Vatican News.

   A los oblatos benedictinos, el Papa les recuerda que San Benito, en el Prólogo de su Regla, les exhortaba a tener un "corazón dilatado por la indecible soberanía del amor", y observa que precisamente "este corazón dilatado" caracteriza el espíritu benedictino y es "el secreto de la gran obra de evangelización" ejercida por el monacato nacido con el santo de Norcia.

   Francisco ha reflexionado después sobre tres aspectos que derivan de la dilatación del corazón: la búsqueda de Dios, la pasión por el Evangelio y la hospitalidad.

   El Papa ha invitado a los religiosos benedictinos a transformar los contextos de la vida cotidiana, "trabajando como levadura en la masa, con competencia y responsabilidad, y al mismo tiempo con mansedumbre y compasión", como el monacato en la Edad Media, que "con su modelo de vida evangélica caracterizado por el ora et labora", llevó a la "conversión pacífica" y a la "integración de numerosas poblaciones". El objetivo, ha añadido, "es llevar el Evangelio a la vida cotidiana".

   "En un mundo globalizado pero fragmentado, apresurado y entregado al consumismo, en contextos en los que las raíces familiares y sociales a veces parecen casi disolverse, no hacen falta cristianos que apunten con el dedo, sino testigos apasionados que irradien el Evangelio en la vida a través de la vida. Y la tentación es siempre ésta: de cristianos testigos a cristianos acusadores. El acusador es uno solo: el diablo. No hagamos el papel del diablo, hagamos el papel de Jesús, de la escuela de Jesús, de las Bienaventuranzas", ha subrayado.

   Por último, Francisco ha invitado a los oblatos benedictinos "a seguir dilatando su corazón, y a entregarlo cada día al amor de Dios, sin dejar de buscarlo, de testimoniarlo con pasión y de acogerlo en los más pobres".

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