GIRONA, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las educadoras de la guardería 'Els Escarlets' de Sant Gregori (Girona) han declarado como testigos en el juicio contra la exdirectora del centro y otras cuatro monitoras y han ratificado los maltratos a los que sometían a los niños.
En concreto, una de ellas ha narrado como, en caso de que el niño se orinara durante la siesta, le gritaban cosas como "marrano o feo" y se lo llevaban a clase y le dejaban en un rincón durante una hora o más para que los otros niños lo vieran.
También han explicado como les obligaban a comer el vómito y, una de ellas, ha asegurado que en una ocasión, al pasar por delante del lavabo de profesoras, vio como una de las acusadas ponía a un niño vestido debajo de la ducha, mientras éste gritaba.
Las cinco imputadas están acusadas de un delito de faltas por presuntamente maltratar y vejar a los menores que tenían a su cuidado.
El caso de destapó en febrero de 2010 cuando empezó una investigación policial por posibles maltratos y vejaciones a los niños de la guardería.
En declaraciones policiales se aseguraba que ataban a los niños a las sillas cuando se portaban mal, que no les daban agua o que les obligaban a comerse su propio vómito.
En un principio, el juzgado abrió diligencias por un delito contra la integridad moral de las personas y citó a declarar como imputadas a la antigua directora --que dimitió después de conocerse los hechos-- y a cuatro monitoras.
Después el caso se archivó, ya que se consideró que no había quedado acreditado ninguna de las malas prácticas denunciadas y que muchos de los padres no habían visto nada de anormal.
No obstante, la Audiencia de Girona ordenó que se reabriera el caso a partir de un recurso de una de las acusaciones.
El abogado de la defensa, Benet Salelles, ha destacado este jueves, a la salida de los juzgados, que las declaraciones de las testigos "han caído por su propio peso", ya que, a su modo de ver, cada una ha explicado unos maltratos distintos en un contexto en el que parecía que estuvieran juntas.
Además, ha subrayado el hecho de que todas las educadoras han coincidido al afirmar que existía "un conflicto pedagógico y de desavenencias" entre las educadoras y el Ayuntamiento.
El abogado Carles Monguilod, ha explicado que, de ser cierto lo que explican los testigos "no se trata de discrepancias de métodos educativos" y que, en ningún caso, querría que lo que se ha dicho durante el juicio, se lo hicieran a sus hijos.