La riqueza de la tierra del olivar: Baeza

Baeza
Foto: EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 13 marzo 2012 11:07

Ciudad de tradición olivarera que conquista la mirada con su paisaje natural poblado de fauna salvaje que se alza a orillas del Guadalquivir. Ubicada en la provincia de Jaén, se ha consolidado desde el siglo XVI como alma histórica de la provincia que resume la esencia de lo jiennense. Se trata de una ciudad monumental, lugar de poetas y "nido Real de Gavilanes" según el Romancero, por su situación geográfica. Famosa por el esplendor renacentista de sus monumentos y complementaria además a la zona de la Sierra de Cazorla.

La riqueza que sustenta esta ciudad se basa en el sector agrícola, centrado en el olivo y la industria oleícola y también el turismo monumental. Sus orígenes se remontan a la Edad del bronce y los siglos del renacimiento son los que más han marcado su historia. En 1966 fue declarada conjunto Histórico-Artístico" y Ciudad Ejemplar del Renacimiento por el Consejo de Europa. Es ciudad de poetas por antonomasia y suelo en el que Antonio Machado vivió durante doce años y creó gran parte de su obra. En la actualidad, su tradición está avalada con ser la sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía.

Mar de olivos y paseo renacentista

Desde el primer momento en que cruzamos las puertas imaginarias de la ciudad, viajamos siglos atrás en la villa que es Patrimonio de la Humanidad según la  UNESCO. Su tejido urbano se caracteriza por una monumentalidad que ha dado a la ciudad un encanto evidente a los ojos del visitante.

La silueta de esta ciudad está coronada por la torre de la Catedral, desde la que se puede divisar uno de los paisajes más singulares de Andalucía: "su mar de olivos", y disfrutar del enclave renacentista que representa su conjunto monumental, enmarcado por las puertas que traen a la memoria la cinta de murallas que guardó la ciudad durante la época musulmana.

Todo es reflejo de su esplendoroso pasado: la fachada plateresca del Ayuntamiento, el convento de San Francisco, la Iglesia de estilo gótico-mudéjar del Salvador, la Iglesia de San Andrés, sus palacios, sus  antiguas casas solariegas... y también las principales plazas en torno a las que se vertebra su patrimonio, como el actual Paseo de la Constitución, foro público de la ciudad, flanqueado por soportales y adornado con galerías como el Balcón del Concejo y la Alhóndiga, o la Plaza del Pópulo, donde encontramos el edificio de las Antiguas Escribanías junto a las Antiguas Carnicerías y la íbera Fuente de los Leones. Pero el corazón monumental baezano está en la Plaza de Santa María donde se localiza la Catedral y la Fuente de Santa María entre otras muestras de riqueza cultural.

Antes de salir de este recorrido por la historia hay que visitar el Palacio de Jabalquinto, maravilloso ejemplo del gótico flamígero cuya fachada contrasta con la sencillez de la Iglesia de la Santa Cruz, uno de los pocos exponentes del Románico andaluz.

Esta ciudad puede ser también un punto de partida para un turismo activo y verde, recorriendo desde el Humedal de la Laguna a los Parques de Cazorla, Segura y Las Villas, situados a tan solo media hora de Baeza. Una visita guiada durante dos horas para pasear entre su fauna y su flora y respirar los aires puros de la sierra. La naturaleza en estado puro nos busca.

Paseo de poetas bajo las lecciones de Machado

Los callejones y plazas de Baeza ya fueron recorridos por figuras como Jorge Manrique, el artista renacentista Gaspar Becerra o el propio Antonio Machado, cuyo paso por esta ciudad consagró el Paseo de las Murallas como paseo machadiano, desde donde podemos contemplar el valle del Gudalquivir y sus campos de olivares tal y como hiciera el poeta mientras paseaba y dialogaba con sus sentimientos y la naturaleza.

En este año se conmemora el centenario de la llegada de Antonio Machado al instituto de la ciudad, en 1912, donde permaneció hasta 1919. Resulta especialmente atractiva la ruta machadiana para recorrer los lugares más emblemáticos de esta prolífica relación poeta-ciudad: el lugar donde vivió el profesor, el aula en la que impartió clases, perfectamente recreada,  el casino, el paseo que tantos poemas inspiró. Sin duda, recorrer los mismos hitos que el poeta transitó, despertará un  intenso sabor a historia que inevitablemente provoca en quien lo contempla algo similar a la catarsis creadora que tuvo que sentir el poeta, una evocación a otros tiempos, un viaje al pasado desde el presente.

Catar oro líquido

Buen sabor de boca y un lujo para nuestros estómagos, se nos ofrece una cata y degustación de aceite de oliva virgen extra en la Almazara Oleico San Francisco. Para  los visitantes se presenta la oportunidad de realizar un recorrido y conocer de primera mano todo el proceso de recogida, selección y producción del aceite. En sus tres tipos diferentes en función de las aceitunas.

Paisajes, monumentos, caminos polvorientos salpicados de aceituna, las orillas del río y los palacios renacentistas, aves y fauna salvaje que rodean su Laguna Grande. Para alojarnos en el antiguo Convento Carmelita del siglo XVI, ahora convertido en el Hotel TRH Ciudad de Baeza, en pleno corazón de esta ciudad. Que propone tres planes para no perdernos ni uno de los tesoros de esta tierra. Una visita guiada por Cazorla, una ruta Renacentista y una cata y degustación de aceite, oro líquido. Y para servir al estómago algunos de los mejores platos de la gastronomía de la zona.