Critica el "plan de recortes" de Galiana que ha generado más de 20 terrazas con más del 50% de superficie reducida
VALENCIA, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
La nueva Asociación por una Hostelería Responsable de Russafa Al Balansi ha reclamado este jueves una reunión al concejal de Comercio y Espacio Público del Ayuntamiento de Valencia, Carlos Galiana, con el fin de "elaborar una estrategia a largo plazo" que ayude a solucionar el problema que se ha generado con las terrazas de los locales del barrio.
La entidad, presentada en público este jueves, nace con el objetivo de reclamar al Ayuntamiento de Valencia una revisión del "plan de recortes" de terrazas, que asegura que ya ha provocado los primeros cierres de establecimientos en el barrio valenciano y una reducción de más del 50% de superficie en más de 20 locales.
Así lo han dado a conocer el presidente de la asociación, Antonio Naranjo, y el secretario, Juanvi Martínez, ambos hosteleros, en una rueda de prensa para presentar el nacimiento de la asociación. Los hosteleros del barrio de Russafa pretenden, de esta manera, "pasar a formar parte de la solución del problema", ha indicado Naranjo. Asimismo, han denunciado que la administración "no ha contado con la participación de la hostelería" para solventar el conflicto con las terrazas, que se aplica de forma "aleatoria y sin criterios establecidos".
Según la entidad, ese plan de recortes afectará finalmente a más de un centenar de terrazas en Russafa. Aunque este ha sido el "detonante" para crear la asociación, Naranjo ha explicado que quieren participar en la resolución de otros problemas, como los del acceso al barrio.
CÓDIGO ÉTICO Y CIERRE DE TERRAZAS
Juanvi Martínez, por su parte, ha indicado que un "buen punto para empezar sería elaborar un código ético y de buenas prácticas que tendrían que cumplir todos los locales asociados a Al Balansi", así como "el diseño de un plan de medidas, si es posible, con la colaboración del Ayuntamiento, para mejorar el funcionamiento de las terrazas y revisar esta actuación" del consistorio.
Preguntados por el problema de movilidad que pueden provocar las terrazas en calles pequeñas, Naranjo ha explicado que la Ordenanza de Regulación de la Ocupación de Dominio Público expone medidas cuyo objetivo es "garantizar la movilidad". "Me extraña que sucedan esos problemas porque está regulado para que no sea así", ha defendido.
Asimismo, Martínez ha asegurado que la solución a "problemas puntuales" como el ruido "no es reducir las mesas". En esta línea, el secretario de la asociación ha denunciado que uno de sus compañeros ha tenido que cerrar su local porque "le habían reducido las mesas a dos", por lo que no podía "pagar el alquiler".
"NO HAY DESCONTROL"
Naranjo ha asegurado que las redes sociales son "un medio de desinformación" en los que se dice que en el barrio de Russafa "se abren muchos locales descontroladamente". Por esta razón, el presidente de la asociación ha recalcado que hay "una regulación" y no hay "ningún tipo de descontrol".
Además, Naranjo también ha recordado que se trata de "empresas muy frágiles" y que se han regulado "con licencias otorgadas por el Gobierno, pero que el Ayuntamiento las puede revocar cuando quiera".
"COMPROMETIDOS" CON EL ATRACTIVO TURÍSTICO DE RUSSAFA
Los hosteleros de la asociación están "comprometidos" con el "indudable atractivo turístico" del barrio de Russafa, al que consideran como una "oportunidad". No obstante, consideran que debe responder a la "amenaza de la masificación de viviendas turísticas", así como "sancionar las situaciones puntuales de incumplimiento de determinadas actividades".
En este sentido, la entidad también ha destacado su objetivo de participar en el diseño de un plan integral para "promover el civismo y la convivencia ciudadana", que pretenden compartir con el Ayuntamiento.
Además, quieren aprovechar el "clima de diálogo existente" actualmente entre vecinos y hosteleros para comenzar un proceso de colaboración que "contribuya a proteger" las condiciones de vida del barrio.
Por esta razón, la entidad ha reivindicado la importancia que las pequeñas y medianas empresas han tenido en la regeneración de un barrio que en la década de los 90 estaba "al borde de la marginalidad, con problemas de prostitución, de tráfico de drogas, inseguridad y con un enorme deterioro urbanístico y comercial".
