Actualizado 25/05/2012 19:15

Las dudas sobre el resperto a los derechos humanos en Azerbaiyán ensombrecen Eurovisión

Pastora Soler en Bakú
RTVE

MADRID 25 May. (REUTERS/EP) -

Millones de espectadores se sentarán frente al televisor este sábado para ver el Festival de Eurovisión en la antigua república soviética de Azerbaiyán. Sin embargo, una guerra de declaraciones sobre los derechos humanos podría ahogar las canciones, la autopromoción y los disfraces 'kitsch'.

Cientos de fans del festival musical europeo han llegado ya a la capital de la república musulmana del Cáucaso rica en petróleo, Bakú.

La capital ha pasado por una renovación de 60 millones de dólares y ha construido un nuevo Crystal Hall a orillas del mar Caspio con capacidad para 23.000 personas para acoger el evento.

"La gente es muy amistosa en Azerbaiyán y la comida es fantástica. Nos gusta estar aquí y nos encanta Eurovisión", dijo Dmitry, de 19 años, envuelto en la bandera de Moldavia y acompañado de nuevos amigos azeríes.

El recinto multiusos fue construido por una empresa alemana en ocho meses por una cantidad de dinero que no se ha revelado. Pero organizaciones de defensa de los derechos humanos dicen que algunos edificios del centro de la capital fueron derribados específicamente para el festival y que el desplazamiento forzoso de sus habitantes, sobre todo en las zonas alrededor del Crystal Hall, ensombrece el evento.

Azerbaiyán es el país anfitrión después de ganar el año pasado en Alemania con su canción de amor "Running Scared", de Eldar Gasimov y Nigar Jamal, más conocido como Ell/Nikki. Es la quinta ex república soviética que lo logra, después de Estonia, Letonia, Ucrania y Rusia, y el segundo musulmán después de Turquía.

DECORACIONES Y MANIFESTACIONES

Azerbaiyán ha dado formación idiomática básica a miles de policías, personal temporal y voluntarios para dar la bienvenida a los turistas y poder afrontar la llegada de miles de personas de toda Europa.

"Me han formado durante unos meses y ahora puedo hablar un inglés básico", dijo Elchin Guluzade, un taxista de 43 años que conduce uno de los miles de taxis comprados para el acontecimiento.

Los taxis, pero también los autobuses y las calles de Bakú están decoradas con emblemas de Eurovisión y el lema "¡Enciende tu fuego!" Azeríes y turistas pasean vestidos con los colores locales - rojo y verde - así como en camisetas y gorras azules del festival.

"Creo que cuanto más sepa la gente de nuestro precioso país después de Eurovisión vendrán mucho más", afirmó Sabina Mehdiyeva,una estudiante de 19 años, sumándose a muchos otros ciudadanos contentos por la presencia del festival.

A pesar del esfuerzo para destacar los progresos que ha hecho este país de nueve millones de habitantes desde que se independizó en 1991, los detractores del Gobierno del presidente Ilham Aliyev han aprovechado la ocasión para repetir sus acusaciones de abusos de los derechos humanos.

Sostienen que Aliyev, que en 2003 sucedió a su padre en la presidencia del país del Caspio situado al norte de Irán, reprime a la disidencia, pero Bakú argumenta que en el país hay libertad de expresión y una activa prensa opositora.

Decenas de manifestantes pacíficos fueron arrestados este mes en el centro de la ciudad en unas manifestaciones que pedían democracia y la dimisión del Gobierno.

"Una represión rigurosa de la libertad de expresión, la disensión, las ONG, los periodistas críticos, de hecho, cualquiera que critique demasiado enfáticamente al régimen de Aliyev, y así ha seguido hasta el Festival de la Canción de Eurovisión", dijo a Reuters el director de Amnistía Internacional para Europa y el Centro de Asia, John Dalhuisen.

Pero altos cargos azeríes han respondido a las acusaciones calificándolas de "propaganda anti-azerí"."Sus conclusiones no se corresponden con la realidad", manifestó Ali Hasanov, jefe del departamento de cuestiones públicas y políticas en la administración presidencial.

El Gobierno también está siendo criticado por líderes islámicos contrarios al concurso, como el ayatolá Sobhani, que ha emitido un comunicado en el que pide a los musulmanes de la región para que protesten contra lo que ha calificado de "comportamiento anti-islámico".

Además, el concurso se ha visto ensombrecido por la retirada de Armenia, poniendo de manifiesto las tensiones sobre el territorio de Nagorno-Karabaj, un enclave de mayoría armenia dentro de Azerbaiyán que tropas de la república cristiana invadieron tras el hundimiento de la Unión Soviética.

LAS ABUELITAS RUSAS

Respecto al concurso en sí, un año más se podrá ver toda una variedad de estilos y cantantes - desconocidos en su mayoría, que se espera atraigan a más de 100 millones de espectadores.

Entre los concursantes destacan el grupo de folk rural ruso "Buranovskiye Babushki" (Abuelitas de Buranovo), el cantautor septuagenario británico Engelbert Humperdinck y el excéntrico dúo pop Jedward - unos gemelos de Irlanda adorados por muchos adolescentes en Europa.

Los corredores de apuestas consideran favoritas a las abuelas rusas y a la diva sueca de 28 años Loreen.

España, por su parte, presenta a la cantante sevillana de flamenco pop Pastora Soler, que con su "Quédate conmigo" espera mejorar la penosa racha de los últimos ocho años, en los que los representantes españoles han oscilado entre el puesto 15 y el 23.

Artículos Relacionados

Contenido patrocinado