El agujero negro de la Vía Láctea sufrió una explosión hace 2 millones de años

Agujero negro de la Vía Láctea
NASA/DANA BERRY/SKYWORKS DIGITAL
Actualizado: lunes, 23 septiembre 2013 9:30

MADRID, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -

El agujero negro supermasivo situado en el centro de la Vía Láctea sufrió su última explosión hace dos millones de años, según ha determinado un estudio, publicado en 'The Astrophysical Journal' y elaborado por científicos de la Universidad Sydney y del Observatorio Felow (Australia).

Durante años los astrónomos han sospechado que el centro de la galaxia había sufrido una explosión 'reciente' pero, hasta ahora, no se le había puesto fecha. La evidencia de que había tenido lugar una erupción proviene de un filamento de gas, principalmente hidrógeno, conocido como Corriente de Magallanes.

"Durante veinte años se ha visto el resplandor extraño de la Corriente de Magallanes y no entendíamos la causa. Entonces, nos dimos cuenta de que puede ser la marca, el registro fósil, de una gran explosión de energía en el centro de la Vía Láctea", ha explicado uno de los autores principales, Joss Bland-Hawthorn.

A su juicio, estas marcas son la señal de un verdadero cataclismo en el pasado. Gracias a infrarrojos y a satélites de rayos X, los expertos han podido ver que se ha producido un fuerte "viento" (salida) de material de la región central. Además, la antimateria 'hirviendo' ha dejado su firma: las conocidas como 'burbujas de Fermi', dos enormes burbujas de gas caliente que se inflan hacia el exterior del centro de la galaxia, y que han podido ser observada a través de rayos gamma y ondas de radio.

Los científicos que estudian el centro galáctico se han reunido esta semana en un taller en la Universidad de Stanford (California), donde el profesor Bland-Hawthorn ha explicado la existencia de las corrientes de gas que podría ser la celebración de la memoria del pasado del centro galáctico.

Así, en cuanto a la Corriente de Magallanes, el científico ha indicado que emiten luz al igual que la Tierra cuando las partículas del Sol golpean su atmósfera (provocando las auroras en los polos). En este caso, la culpable del resplandor es la luz ultravioleta que divide los átomos de hidrógeno en protones y electrones. "Cuando los componentes se recombinan los electrones emiten 'H-alpha', una longitud de onda específica de la luz", ha indicado el investigador.