Un desertor lanza cada año a Corea del Norte 50 millones de panfletos críticos con la dictadura de Kim

Actualizado: jueves, 2 julio 2015 16:03

El régimen norcoreano derribó la semana pasada uno de sus globos y ha exigido que deje los envíos

POCHEON (COREA DEL SUR), 15 Oct. (Reuters/EP) -

El desertor norcoreano Lee Min Bok hace llegar cada año a Corea del Norte desde el lado surcoreano de la frontera unos 50 millones de panfletos con mensajes críticos con el régimen de Kim Jong Un por medio de globos llenos de aire caliente.

Así lo ha contado el propio desertor, que ha asegurado que, en ocasiones, los envíos incluyen billetes de un dólar, lápices de memoria USB, bolsas de tallarines o telenovelas surcoreanas, todo ello con el objetivo de que los norcoreanos que los reciban conozcan "la verdad" y la realidad que existe más allá de su país.

Desde el destartalado contenedor que tiene habilitado como vivienda cerca de la frontera más militarizada del mundo, este desertor norcoreano observa con su ordenador imágenes meteorológicas vía satélite para saber el mejor momento en el que puede hacer sus envíos con unos globos cilíndricos de unos siete metros de altura que trasladan los panfletos en una bolsa por la frontera.

Lee confía en que miles de sus compatriotas que están durante el otoño recogiendo las cosechas en los campos puedan recogerlos panfletos y leer sus mensajes. A pesar de que son inofensivos, el envío de los panfletos ha molestado al régimen de Pyongyang y podrían llegar a tener consecuencias en el acercamiento entre las dos Coreas, que esta semana celebran su reunión militar de más alto nivel.

El pasado 4 de octubre, tres altos cargos norcoreanos visitaron Corea del Sur, una visita que se ha interpretado como un gesto a favor de una mejora de las relaciones entre ambos países, que siguen técnicamente en guerra porque nunca firmaron un tratado de paz tras la última guerra (1950-1953).

UNA PROVOCACIÓN "PREMEDITADA"

Sin embargo, la semana pasada la agencia de noticias oficial norcoreana KCNA afirmó que el proceso de diálogo entre ambos países está poniéndose en riesgo con el lanzamiento de panfletos, una acción que definió como una provocación "premeditada" y "con motivaciones políticas" y orquestada "por las autoridades de Estados Unidos y de Corea del Sur".

El pasado viernes, el régimen norcoreano disparó contra uno de los globos lanzados por Lee que volaba demasiado bajo por falta de hidrógeno. El Gobierno de Pyongyang ha amenazado en diversas ocasiones con responder usando la fuerza al envío de los panfletos pero este viernes ha sido la primera ocasión en que lo ha hecho de verdad. Algunas de las balas disparadas desde Corea del Norte dieron paso a los disparos de respuesta realizados por militares de Cora del Sur con sus ametralladoras. El intercambio de disparos terminó sin heridos.

Lee, que tiene 57 años, ha explicado que lleva una década lanzando unos 50 millones de panfletos cada año hacia Corea del Norte y ha asegurado que no tiene muchas esperanzas puestas en las conversaciones entre ambos países. "Mis globos son la forma de lograr la paz y la unificación y de decirles a los norcoreanos la verdad, que no deben odiar a Estados Unidos y a Corea del Sur", ha afirmado.

Con el sistema que ha ideado, cuando ve las condiciones de viento adecuadas, lanza los globos con las bolsas, que pueden llegar una carga de hasta ocho kilos y 100.000 panfletos cada una y que se elevan hasta unos 3.000 metros. Si el sistema funciona, un temporizador suelta la bolsa en el otro lado de la frontera pasado, preferiblemente en granjas en las que estudiantes y militares colaboran en la recogida de las cosechas.

KIM, UN "INMADURO" CONVERTIDO EN "MARISCAL"

Los globos llevan mensajes críticos con el líder norcoreano, Kim Jong Un, el tercero mandatario de la misma dinastía familiar que gobierna Corea del Norte desde 1953. "Mientras una comida es un bien preciado, un hombre inmaduro de unos 30 años nada, monta a caballo, esquía y se ha convertido en el Mariscal de la noche a la mañana. Todos los que están por debajo de él son esclavos", asegura uno de los panfletos enviados por Lee.

Las autoridades de Corea del Sur han pedido a los activistas que dejen de mandar panfletos a Corea del Norte por motivos de seguridad pero han afirmado que no tienen un marco jurídico para poder impedir sus acciones. La Policía ha alquilado una casa cerca de la casa de Lee para poder vigilarle y uno de los agentes ha dicho que se encuentran allí desplegados para protegerle de las amenazas procedentes de Corea del Norte.

Lee ha contado que la Policía le impidió lanzar un globo el sábado pasado, un día después del intercambio de disparos en la frontera. El portal de noticias semioficial norcoreano Uriminzokkiri.com ha definido a Lee como "poco menos que una bestia" y como "basura humana" pero ha puesto en duda que sea el verdadero responsable del envío de panfletos.

Altos mandos militares de las dos Coreas se han reunido este miércoles para discutir sobre el último intercambio de disparos y otros incidentes registrados en el mar, aunque no han logrado resolver sus diferencias, según ha indicado el Ministerio de Defensa de Corea del Sur. El régimen de Pyongyang ha vuelto a pedir que cese el envío de panfletos.

La lealtad de Lee al régimen de Corea del Norte comenzó a flaquear en los años 90, cuando el país sufrió una grave hambruna que se cree que podría haber matado a millones de personas. Entonces él era un ingeniero agrónomo y envió numerosas cartas al régimen para pedir que autorizara el cultivo individual de arroz para frenar la crisis.

Sus misivas no tuvieron respuesta pero entonces le llegó un panfleto que parecía venir del sur y que explicaba que la Guerra de Corea comenzó con una invasión norcoreana. El régimen norcoreano sostiene que el conflicto lo empezó Corea del Sur. Tras esos hechos, en 1995, Lee logró desertar a Corea del Sur viajando primera a China y, luego, a Rusia.

Lee, que es ahora misionero cristiano, tiene apoyo económico de personas y parroquias. En concreto, ha contado que recibe hasta 200 millones de won al año en donaciones para que siga enviando globos con panfletos. Su mujer y sus dos hijos le suelen acompañar cuando busca el mejor lugar para el lanzamiento. "Las amenazas norcoreanas no tienen sentido, No saben dónde lo hago y los globos vuelan por debajo de los radares", ha concluido.

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