Patrullas de soldados en Túnez
ZOUBEIR SOUISSI / REUTERS

MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

Al menos dos soldados tunecinos han resultado heridos este jueves a causa de la explosión de una mina antipersona en una zona montañosa de la provincia de Sidi Buzid (oeste).

El incidente ha tenido lugar en el monte Mghilla, donde el Ejército estaba llevando a cabo una operación contra milicianos islamistas atrincherados en la zona, según ha informado la agencia estatal tunecina de noticias, TAP.

Las operaciones han aumentado en la zona después del secuestro y decapitación la semana pasada de un pastor, un asesinato cuya autoría reclamó el grupo yihadista Estado Islámico, que acusó a la víctima de "espiar" para las fuerzas de seguridad.

El hermano de la víctima fue secuestrado y decapitado hace menos de dos años por yihadistas que enviaron la cabeza de la víctima a la familia como "advertencia".

Las fuerzas de seguridad están desarrollando operaciones antiterroristas en las regiones de Sidi Buzid y Kasserine, así como en otras zonas ubicadas en la frontera con Argelia, para erradicar al grupo Okba Ibn Nafaa, filial de Al Qaeda, y a otro grupo más pequeño afiliado a Estado Islámico.

Túnez y Argelia comparten una frontera porosa utilizada habitualmente por contrabandistas y que ha sido usada en los últimos meses para la infiltración de combatientes y armamento.

El presidente de Túnez, Beyi Caid Essebsi, aprobó a mediados de mayo una orden para extender otros tres meses el estado de emergencia decretado en el país en noviembre de 2015.

El estado de emergencia fue declarado el 24 de noviembre de 2015, después de un atentado contra un autobús de la Guardia Presidencial en la capital, Túnez, y desde entonces ha sido extendido en numerosas ocasiones. La última de ellas tuvo lugar el 16 de febrero de este año.

Esta medida excepcional, que ha ido siendo prorrogada por plazos de varios meses desde entonces, amplía las competencias de las fuerzas tunecinas y limita ciertas libertades en aras de la seguridad.

Desde el levantamiento de 2011 contra el presidente Zine el Abidine ben Alí, la democracia tunecina ha sido vista como un modelo para la región, pero los milicianos islamistas son uno de los mayores retos para Chahed, quien asumió el cargo el 5 de septiembre.

Más de 3.000 tunecinos se han sumado a la lucha de Estado Islámico en Siria y en Irak, lo que ha hecho saltar todas las alarmas en Túnez ante la posibilidad de un retorno que tendría Libia como paso intermedio.

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