Antonio Ledezma, Albert Rivera y Andrés Pastrana
REUTERS / PAUL HANNA
Actualizado: lunes, 20 noviembre 2017 18:00

Llama a superar la "fractura emocional" que divide a Venezuela --y a la oposición--, incluyendo también al 'chavismo'

MADRID, 20 (EUROPA PRESS)

El ex alcalde caraqueño Antonio Ledezma, que llegó el pasado sábado a España tras huir de mil días de arresto domiciliario en Venezuela, ha aclarado que no ha venido a disfrutar de un "exilio dorado", sino a "hacer rugir los motores del exilio venezolano" para ayudar a preparar, junto con la disidencia interna, la caída del Gobierno de Nicolás Maduro.

"No hemos venido aquí a ser protagonistas del exilio dorado, hemos venido a trabajar. Prepárate Maduro porque ahora vas a escuchar el rugir de los motores del exilio venezolano para hacer sentir la verdad", ha dicho el líder opositor en un coloquio celebrado este lunes en Madrid.

Ledezma ha explicado que desde España organizará una "agenda bien definida" persiguiendo la "eficacia". Él, junto a otros "anfitriones en el exilio", viajará a varios países europeos y latinoamericanos, así como a Estados Unidos, para participar en reuniones de alto nivel, entre ellas una con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.

Interrogado sobre qué espera de esta gira internacional, ha pedido a los líderes internacionales que "sigan actuando como hasta ahora", con sanciones contra "Maduro y su camarilla", contra quienes "han violado los Derechos Humanos en Venezuela". Retirar las medidas punitivas contra el Palacio de Miraflores, ha ilustrado, "es como que el Gobierno colombiano hubiese cedido ante Pablo Escobar".

En concreto, Ledezma ha expresado su agradecimiento al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con quien se reunió el sábado durante hora y media, nada más llegar a Madrid, por ser "el primer presidente en ejercicio" que se pronunció claramente "a favor de la democracia en Venezuela".

Ledezma ha contado que no pretende solicitar asilo político en España ni en ningún otro país, si bien ha revelado que abordó con Rajoy la posibilidad de que se le concediera un régimen jurídico que le permita permanecer en España, tanto a él como a su familia.

Preguntado sobre el paralelismo que algunos han establecido entre su situación y la del presidente cesado de la Generalitat, ha afirmado que "es una cosa muy distinta". "El señor (Carles) Puigdemont ha intentado dividir España, yo me fui porque quiero ayudar a unir a Venezuela", ha espetado.

Además, no ha dudado de que "esta gente" --'hackers' venezolanos supuestamente orquestados por el Palacio de Miraflores-- "tiene metidas sus manos" en la crisis catalana. En este sentido, ha recordado que el Gobierno de Maduro ya financió a quienes "prometen asaltar el cielo". "¡Dios libre a España de esa tragedia", ha dicho, en una alusión velada a Podemos.

"PURGA" EN LA OPOSICIÓN

El ex edil capitalino ha subrayado que su agenda internacional no será "individualista" --"yo no soy un mesías"--, sino una hoja de ruta pensada para que la oposición en el exilio y la oposición en Venezuela se conviertan en un auténtico "binomio" contra Maduro.

Ledezma ha reconocido las profundas diferencias que existen en el seno de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) --coalición opositora-- y ha instado a acabar con las "incoherencias" y hacer "autocrítica" para descubrir por qué importantes "victorias", como la Asamblea Nacional, se han convertido en "derrotas".

Ha propuesto incluso llevar a cabo "una purga" para eliminar a los que ha calificado de "parásitos", aunque al mismo tiempo ha advertido en contra de abrir una guerra interna: "No ganamos nada machacándonos el uno al otro. El pueblo no quiere una MUD transformada en una lavadora de trapos sucios".

Ledezma ha hecho un llamamiento a sus colegas de la MUD a "elaborar una estrategia bien afinada" con una buena "conducción" para "dejar de dar saltos al vacío". En un paso más, ha apelado a superar la "fractura emocional" de Venezuela e incluir en el frente anti Maduro al 'chavismo' crítico porque --ha sostenido-- "aún con sus pecados" son parte de la sociedad venezolana.

DIÁLOGO CON CONDICIONES

El líder opositor se ha mostrado sumamente crítico con el diálogo que el Gobierno y la MUD han acordado reanudar entre el 1 y el 2 de diciembre en República Dominicana para garantizar la celebración de unas elecciones justas que permitan a la oposición desahuciar a Maduro de Miraflores en 2018.

La MUD ha salido con "las manos vacías" de las tentativas anteriores porque, según ha sostenido, la única intención del Gobierno con esta "parodia" es "enfriar la calle", después de más de tres meses de protestas ininterrumpidas que dejaron más de 130 muertos y miles de detenidos. "Toda la jugada la ha ganado el Gobierno", ha lamentado.

No está en contra del diálogo, ha enfatizado, pero sí de un diálogo sin una agenda y unas condiciones claras que no dé "resultados concretos". Ledezma ha insistido en que, como requisitos previos, el Gobierno debe acceder a liberar a los presos políticos y abrir un canal humanitario.

Para evitar otro fiasco, ha considerado, es clave una nueva mediación internacional en la que ha propuesto sustituir al ex presidente español por José Luis Rodríguez Zapatero --que en su opinión solo ha conseguido aumentar los presos políticos-- por Felipe González y al ex presidente colombiano Ernesto Samper por su sucesor inmediato, Andrés Pastrana.

"INTERVENCIÓN MILITAR"

Ledezma ha confiado en que una acción integral de estas dimensiones contará con un amplio apoyo popular, también de lo que ha denominado "la reserva moral de las Fuerzas Armadas" venezolanas, ya que --ha destacado-- la "intervención militar" para solucionar la crisis en la nación caribeña comenzó con su propia huida.

El ex alcalde caraqueño ha relatado que estuvo meses "planificando" su huida. Estudió, junto a su entorno, la cantidad de agentes de seguridad que vigilaban su casa, sus turnos de trabajo y de descanso, y hasta la frecuencia con que le hacían posar con el periódico del día para hacerle una fotografía y probar a Maduro que seguía preso.

El jueves por la mañana les convenció de que "tenía muchos dolores" y debía descansar para librarse de esta comprobación rutinaria y de esa forma consiguió salir de casa sin activar todas las alarmas. Recorrió los 1.200 kilómetros que separan Caracas de la ciudad colombiana de Cucutá con la ayuda de un "equipo" y de policías, guardias y militares que decidieron espontáneamente ser cómplices de su fuga dejándole pasar hasta 29 controles de seguridad.

Como ejemplo de esta cooperación con los uniformados, Ledezma ha contado que en la madrugada del viernes, cuando ya creía conquistada la libertad, a 13 metros de la frontera colombiana, una mujer le reconoció y le llamó por su nombre. "Entonces esos 13 metros parecieron 13 kilómetros", pero el militar a cargo le guiñó el ojo y le dijo "continúe".

Ledezma ha explicado que decidió huir de su arresto domiciliario porque le llegó información de que el Gobierno tenía dos planes para silenciar su oposición al diálogo: bien simular un secuestro de paramilitares colombianos, bien revocar el beneficio de "casa por cárcel" y encerrarle en "La Tumba", como se conoce a la cárcel de la Policía secreta.

En su caso, creyó que sería más "útil" en el exilio que convertido en un "rehén" de Maduro. Sin embargo, ha reconocido que los presos políticos que han quedado atrás, como Leopoldo López, "corren peligro". A ellos les ha pedido que "resistan" mientras él mantiene "la lucha por la libertad de Venezuela" desde fuera.

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