MADRID, 31 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Presidencia de Malí ha desvelado este sábado la nueva composición del Gobierno que encabezará el primer ministro Soumeylou Boubeye Maiga, nombrado para el cargo durante la jornada, un día después de la dimisión de Abdoulaye Idrissa Maiga.
En el nuevo Ejecutivo, integrado por 36 ministros --30 hombres y seis mujeres--, destacan Tiéna Coulibaly como titular de la cartera de Defensa, Tiéman Hubert Coulibaly al frente de Exteriores, Boubou Cissé como ministro de Economía y Finanzas, y Mohamed el Moctar como ministro de Reconciliación Nacional y Cohesión Social.
Asimismo, Tiémoko Sangaré será ministro de Minas y Petróleo, Mohamed ag Erlaf encabezará la cartera de Administración Territorial y Descentralización, Hamidou Younoussa Maiga será ministro de Justicia, y Salif Traoré liderará el ministerio de Seguridad y Protección Civil.
La Presidencia ha desvelado que Hamado Konaté será ministro de Solidaridad y Acción Humanitaria; y Aida M'bo Keita será ministra de Medio Ambiento, según ha informado el portal local de noticias Malijet.
A ellos se sumarán Samba Ousmane Sow como ministro de Sanidad, Kadidia Sangare Coulibaly como ministro de Derechos Humanos, Nango Dembélé al frente de Agricultura; Abdel Karim Konaté en Comercio, Raki Diarra Talla como ministra de Trabajo, y N'diaye Ramatoulaye Diallo como ministra de Cultura.
Entre los nombramientos destacados figura también Abdel Karim Konaté como ministro de Comercio y portavoz del Gobierno, Maouloud ben Kattra como ministro de Empleo, Traoré Oumou Touré como ministra de Mujer, Niño y Familia y Thierno Amadou Oumar Hass Diallo al frente de la cartera de Asuntos Religiosos y de Culto.
El nuevo gobierno será el quinto en servir bajo la presidencia de Keita desde que fuera elegido en 2013. Idrissa Maiga no dio una razón para su renuncia, pero se espera que dirija la campaña de Keita para las elecciones del próximo año o que se postule como su sucesor.
Boubeye Maiga es natural del norte de Malí, donde milicias islamistas atacan regularmente a soldados, militares de Naciones Unidas y civiles. La región es para los terroristas un punto estratégico desde el que dirigir sus ataques a los vecinos Níger y Burkina Faso.
