L'AQUILA, 10 Jul. (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Gloria Moreno) -
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció hoy que la lucha contra el hambre y la ayuda al desarrollo será una de las prioridades principales de la próxima presidencia española de la Unión Europea (UE), que empezará a partir del próximo mes de enero.
Zapatero hizo estas declaraciones desde L'Aquila (centro de Italia), donde acudió para tomar parte en la cumbre del G-8 que concluyó hoy en esta ciudad y en la que además de las ocho grandes potencias (Italia, Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Canadá, Japón y Rusia), participaron los países del G-5 (Brasil, México, Sudáfrica, China e India), Egipto, Australia, Corea del Sur, Indonesia, Dinamarca, España, Holanda, Turquía y numerosos países africanos.
En el marco de una rueda de prensa, Zapatero subrayó el liderazgo de Europa en las ayudas al desarrollo, siendo la región del mundo que más recursos destina a los países en vías de desarrollo.
Según el presidente español, en un mundo globalizado, los compromisos con el desarrollo deben estar en la "agenda permanente" de la gobernanza mundial, por lo que uno de los objetivos de la presidencia española de la UE será "elevar" la implicación de los países donantes y también la coordinación de todos, también de los que las reciben.
En este sentido, Zapatero destacó el compromiso que ha demostrado su Gobierno en este ámbito, lo que se demuestra con el hecho de que España sea el país que más ha incrementado su ayuda al desarrollo en los últimos cinco años.
"Es inaceptable" que "en el siglo XXI, con el grado de desarrollo y capacidad productiva" que se ha alcanzado en algunas zonas del mundo, sigan dándose situaciones de extrema pobreza y miseria y siga incrementándose el número de personas que pasa hambre en el mundo.
Hoy, en la última jornada de la cumbre del G-8 se ha dado un "paso adelante para acabar con todo esto" al destinar un total de 20.000 millones de dólares a proyectos de ayuda a los países necesitados.
El objetivo de la comunidad internacional debe seguir siendo el de "acabar con el hambre y la pobreza extrema". "No puede ser otro el reto" y "la prioridad fundamental" de todos, "por mucha crisis económica" que haya, concluyó.
