LOGROÑO, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
La coordinadora territorial de PR+ en Logroño, Gloria León, ha propuesto no derribar el túnel de Duques de Nájera y actuar sólo en superficie, "lo que conllevaría un ahorro económico para la ciudad superior a los dos millones de euros".
En una rueda de prensa celebrada esta mañana, León ha propuesto además conectar en superficie con Cascajos a través de una bifurcación de la propia rotonda que existe en la actualidad. Esta iniciativa, ha proseguido, "consigue una gran funcionalidad, después un servicio practico y, por último, un ahorro superior a los dos millones de euros".
Desde el partido regionalista consideran que mantener esta infraestructura "es fundamental para la ciudad, ya que lo complicado es construir este tipo de pasos subterráneos por el coste de tiempo y económico que suponen".
En este sentido, León ha apuntado que "no se entiende que el PP gaste casi tres millones de euros en destruir lo que funciona y que acoge todos los días más de 64.000 vehículos y que es preferible actuar en superficie, con un coste mucho menor, que en ningún caso llegaría a los 500.000 euros".
Los regionalistas han añadido que con esta propuesta el tráfico "no se cortaría nunca, ni un solo día", ya que con la actuación que pretende realizar el Ayuntamiento se deja más de nueve meses cortada la circulación".
"HACER CASO A LOS FUNCIONARIOS"
Para la coordinadora territorial de PR+ "hay que escuchar a los funcionarios municipales que son los que conocen la ciudad y que desde el principio han apostado por mantener el paso subterráneo y actuar sólo en superficie, más aún en tiempos de crisis donde hay que aplicar el sentido común, la eficiencia y eficacia".
León ha destacado que "no se trata de una cuestión política, sino que es una cuestión de lógica aplastante; no podemos entender por qué se pretende tirar lo que funciona y por qué no se construye algo tan importante como el soterramiento entre el cuarto puente y Murrieta".
La dirigente riojanista ha aseverado que la alcaldesa de Logroño pretende gastar casi tres millones de euros "en un capricho personal, diseñado por un arquitecto de Madrid, no atendiendo las opiniones de los funcionarios municipales y optando por la peor opción para la ciudad".
