Mapa incidencia del cáncer de tiroides
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Actualizado: domingo, 23 abril 2017 20:19

LOGROÑO, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un nuevo procedimiento de láser sin anestesia para la eliminación de nódulos de tiroides ha sido probado con éxito en más de 40 pacientes por el doctor Pablo Vidal-Ríos. Se da la circunstancia de que La Rioja es una de las autonomías con mayor prevalencia de tiroides entre la población. La técnica ha sido presentada en el congreso mundial de esta especialidad en Denver, EE.UU. y llega ahora a España.

La nueva técnica médica consiste en tratar con láser los nódulos tiroideos que crecen en vez de con cirugía, evitando así los riesgos de la anestesia general, los intrínsecos de toda cirugía, así como complicaciones específicas como son la disfonía (12%), la parálisis (5%) y la hipercalcemia (6%).

Este avance supone un paso adelante muy significativo para el tratamiento de tiroides. Hay que tener en cuenta que actualmente, según el propio doctor Vidal-Ríos, "se realizan demasiadas intervenciones quirúrgicas cuando solo el 10% de estas operaciones se deben a lesiones sospechosas de malignidad".

Es decir, que el 90% de las operaciones de tiroides se podrían evitar si se realizase precozmente la eliminación del nódulo por láser y sin anestesia.

TIROIDES: ADIÓS AL 90 POR CIENTO DE CIRUGÍAS

La enfermedad nodular de tiroides es muy frecuente en la práctica clínica: se pueden palpar nódulos de tiroides en el 5% de la población. La generalización de técnicas de imagen de calidad para múltiples procesos ha eclosionado la detección de nódulos tiroideos que antes pasaban inadvertidos y que suponen una preocupación tanto para el paciente como para su médico.

Afortunadamente solo un 10% de los nódulos de tiroides son malignos. El 90% restante son benignos y en 5 años apenas crecerán (66%). Algunos incluso pueden disminuir de tamaño espontáneamente (18%). Pero el problema es que, aun siendo benignos, queda un importante 15% de nódulos que aumentan progresivamente y que son más numerosos que los nódulos malignos.

En estos nódulos benignos se han venido utilizando diferentes métodos para eliminarlos, como por ejemplo con radioactividad (ablación radioactiva) o simplemente de forma local con alcohol (enolización). A diferencia de la ablación radioactiva, que requiere que la lesión tiroidea sea hipercaptante, la ablación local percutánea puede realizarse en cualquier tipo de nódulo (hiper, normo o hipocaptante) ya sea mediante ablación química (enolización) o térmica (láser o radiofrecuencia).

La ablación química con etanol viene siendo un procedimiento habitual en los últimos tiempos caracterizado por utilizar el alcohol puro para precipitar las proteínas tisulares y así destruir el nódulo tiroideo benigno. La precipitación causa necrosis del tejido nodular, que se elimina de forma natural por el cuerpo humano gracias a los procesos normales de reparación celular.

Además del alcohol, se han utilizado otras sustancias químicas, como acético, esclerosantes y otras, pero con resultados similares. Generalmente se utiliza en nódulos quísticos o mixtos. Aunque es una técnica útil, en ocasiones produce cierto grado de filtración o extensión errática del líquido y puede causar molestias indeseables.

NUEVA TÉCNICA MÉDICA

Sin embargo, la ablación térmica (radiofrecuencia, láser) es un procedimiento que utiliza el calor para destruir el nódulo tiroideo benigno. La técnica es similar a las enolizaciones de ganglios o nódulos intrahepáticos, aunque más sencilla por el fácil acceso superficial de la glándula tiroidea. Se suele aplicar en nódulos sólidos o con escaso contenido líquido.

En el caso de la radiofrecuencia el calor se genera por la oscilación a alta frecuencia de una corriente alterna que produce fricción iónica. Es decir, se trata de una corriente eléctrica que se vehiculiza hasta el interior del tiroides mediante una aguja especialmente gruesa porque incluye un sistema de refrigeración en su interior, y además precisa de una placa de 20 cm para toma de tierra que se coloca adherida en una pierna.

Los problemas son que, si bien se trata de un método efectivo, la aguja empleada es gruesa, fácilmente puede dejar quemadura en el punto de inserción en la piel, el coste de esta aguja especial es elevado y por tratarse de electricidad el procedimiento podría tener riesgo de arritmia cardiaca en algunos pacientes.

Por el contrario, en el caso del láser se usa una aguja de grosor normal (21G) por la que se introduce una fibra óptica extrafina que es la que vehiculiza una luz láser (Nd-YAG 1064nm) que produce calor localizado. Un sistema de guía para la inserción de la aguja acoplado al sistema ecográfico permite adaptarse de mejor manera al tipo de nódulo (forma y volumen) y tipo de abordaje anatómico. El procedimiento se realiza con anestesia.

Este nuevo método (láser, sin anestesia y monitorización con "triple imagen") es totalmente ambulatorio y no requiere ningún tipo de anestesia ni general ni local. El paciente permanece despierto durante el procedimiento, lo que mejora significativamente la seguridad del tratamiento. Además de la monitorización automática de las constantes vitales, también se monitoriza el procedimiento mediante "triple imagen" tiroidea (ecografía de alta definición, doppler y elastografía). No hay incisiones ni puntos de sutura, y generalmente el procedimiento no tarda más de 20-30 minutos. Los pacientes pueden volver a su rutina normal al día siguiente.

INDICACIONES CLÍNICAS

La ablación local percutánea está indicada en el tratamiento tanto de nódulos con clínica (síntomas o signos) de compresión local debido al crecimiento de un nódulo benigno solitario o dentro del contexto de un bocio multinodular, o de nódulos en paciente con contraindicaciones para una intervención quirúrgica con anestesia general o que rechaza someterse a una cirugía.

La ablación térmica con láser estaría especialmente indicada en nódulos sólidos o nódulos mixtos con escaso componente líquido (máximo del 20%).

Este tratamiento local percutáneo restaura la función normal de las estructuras anatómicas del cuello comprometida por el crecimiento de nódulos. Por otra parte, en el caso de nódulos visibles externamente, el tratamiento normaliza o mejora mucho la morfología del cuello. Los niveles hormonales tienden a volver a la normalidad después del tratamiento, evitando así la terapia con medicamentos de por vida.

ESPAÑA: CRECE EL CÁNCER DE TIROIDES

Conviene recordar que la incidencia del cáncer de tiroides está aumentando en España y en todo el mundo, aunque afortunadamente la supervivencia global es muy alta.

En 2015 se diagnosticaron en nuestro país 2.442 tumores de tiroides en mujeres y 865 en hombres, según datos de la Red Española de Registros de Cáncer y se prevé de 2 a 4 cánceres de tiroides por cada 100.000 habitantes en los próximos años, lo que lo convierte en el tumor que experimenta un crecimiento más rápido en ambos sexos, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Este cáncer sigue siendo más frecuente en mujeres, con 5 casos por cada 100.000 habitantes (en hombres, 1,9 casos).

La mortalidad asociada se mantiene baja. De los nódulos benignos, solo un 15% crecen y de éstos solo malignizan un 0,3%, correspondiendo fundamentalmente al subtipo de carcinoma papilar (80%). Por otro lado, hay que subrayar que el cáncer de tiroides supone la primera causa de neoplasias del sistema endocrino.

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