MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
Seis activistas de AnimaNaturalis se han desnudado hoy pintados de tigre frente al Circo Americano en Madrid para exigir al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que prohíba los circos con animales en la capital, como han hecho otras ciudades como Barcelona, informó hoy a Europa Press la asociación.
Los animalistas aseguran que cada día son más ciudades y países que prohíben el uso de animales en espectáculos. Además, consideran que estos animales sufren un entrenamiento tortuoso, son confinados de por vida en pequeñas jaulas y se les obliga a viajar en esas condiciones para diversión de algunos.
"Madrid es la ciudad del país donde acuden más circos al año, y donde más semanas se quedan para realizar funciones cada día. Es por ello que educar e informar a la sociedad madrileña es esencial para lograr cambios para los animales", señalaron los activistas.
Por ello, la coordinadora de la campaña Circos.org, de AnimaNaturalis, Aïda Gascón, al Ayuntamiento de Madrid que considere la posibilidad de prohibir este tipo de circos, "que maltratan a los animales en entrenamientos y funciones, y les obligan a vivir una vida precaria y en un estado de cautiverio extremo". "También hacemos un llamado a la población de Madrid para que no vayan a ver ningún circo que use animales", añadió.
Según explicó, en las ciudades catalanas de Barcelona, Girona, Blanes, Sitges, Sant Boi y en Lleida ya no permite la entrada a este tipo de circos desde hace años, y recientemente el Ayuntamiento de Valencia admitió a discusión un proyecto similar. Las capitales de Chile, Argentina, Bolivia, Colombia y Brasil ya han prohibido los circos con animales, y esperamos que Madrid siga ese ejemplo.
"Actúan sólo a causa del miedo. Cuanto más fieros son los animales, más duro es el castigo: barras de acero, látigos, picanas eléctricas, privación de agua y comida, y aislamiento son los 'métodos de entrenamiento' que se utilizan", aseguró Gascón.
"El animal es forzado, por obligación, a adoptar comportamientos anormales y artificiales. Los constantes ensayos destruyen a los animales, se les asusta y se les angustia. Cuando un grito o un gesto no son suficientes, se utilizan barras de hierro, látigos y pinchos con tal de manejar y hacer obedecer a los animales. Cuando el domador, o entrenador, no obtiene la obediencia absoluta del animal, entonces se le priva de alimentos", concluyó.
