Nube de humo que cubre el núcleo urbano de Cieza, contaminación
ECOLOGISTAS
Actualizado: jueves, 6 abril 2017 10:06

MURCIA, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -

Ecologistas en Acción ha presentado una queja ante el Defensor del Pueblo por la quema de alpacas de paja en fincas agrícolas de Cieza y comarca. La organización ecologista ha remitido un escrito en el que expone la situación, y lo acompaña de informes y material gráfico de los episodios de contaminación que se vienen registrando.

La quema de alpacas de paja "se ha convertido, desde hace unos años, en una práctica habitual en algunas explotaciones agrícolas de la Vega Alta", denuncia.

A juicio de los ecologistas, "con la quema de estos bloques de paja se generan densas cortinas de humo con las que se pretende paliar los daños que las heladas pueden provocar en los frutales de variedades tempranas y extratempranas".

Sin embargo, "esta práctica, además de su dudosa eficacia según algunos trabajos, dispara hasta valores extremadamente altos los niveles de contaminación por partículas en la comarca, envolviendo durante horas en una nube de humo a núcleos urbanos como Cieza, Abarán o Blanca, entre otros".

El pasado 17 de febrero de 2016, relatan, se registró "uno de los episodios más graves, en el que la Unidad Móvil de la Red de Vigilancia de la Calidad del Aire de la Comunidad llegó a registrar valores de partículas en aire 20 veces por encima de los valores límite establecidos como aceptables".

En concreto, ese día se registraron promedios horarios de hasta 915 microgramos/m3 para PM10, cuando el máximo para este contaminante es de 50 microgramos/m3. En el caso de las PM2,5 se llegó a valores de 797 microgramos/m3 y de 858 para PM1; "valores extremadamente altos, que se mantuvieron durante horas en una jornada en la que incluso una joven tuvo que ser ingresada en aislamiento, en el Hospital de Cieza, afectada de una grave crisis asmática".

La organización ecologista expone en su escrito que, a pesar de la situación, "no se están adoptando medidas para proteger la salud de la población afectada, que son decenas de miles de personas en la Vega Alta".

Tanto la Dirección General de Calidad Ambiental como la de Salud Pública y Adicciones "llevan tiempo desaconsejando en sus informes esta práctica e insistiendo en la necesidad de su prohibición, por su elevado impacto negativo en la calidad del aire y en la salud".

Sin embargo, lamentan, "las administraciones que deben intervenir siguen haciendo caso omiso de estas recomendaciones. El resultado es que a pesar de las evidencias de los efectos negativos para la salud de la población, y de los informes que aconsejan su prohibición, se siguen permitiendo e incluso, en algunos casos, se justifica o respalda la quema de bloques de paja".

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