MADRID, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
La decisión de la nueva concesionaria de los restaurantes y cafeterías del Congreso, Eurest, de subir el precio de los 'gintonics' y demás bebidas de alta graduación, que pasarán a costar algo más de seis euros, ha tenido una buena acogida entre los diversos diputados que este miércoles se encontraban en la Cámara Baja.
La mayoría de los parlamentarios preguntados ven oportuno que Eurest haya resuelto que el precio de este tipo de consumiciones vaya a ser parecido al del mercado libre, si bien todos coinciden en subrayar que ni los diputados ni los funcionarios ni los trabajadores de la casa van precisamente a la Cámara Baja a tomar copas.
El precio de las bebidas alcohólicas de alta graduación fue objeto de polémica en 2013 al darse a conocer los pliegos de condiciones del concurso para la adjudicación de los servicios de restauración de la Cámara.
SUBE CASI EL DOBLE
Como formaban parte de la carta de precios tasados, las bebidas espirituosas eran más baratas que en cualquier otro establecimiento, con los combinados en torno a los 3,5 euros. Sin embargo, el revuelo creado llevó al Congreso a modificar las condiciones del contrato en este punto dando libertad a la empresa adjudicataria para fijar el precio de los combinados.
Eurest, la empresa de matriz inglesa que arrebató la gestión al Grupo Cantoblanco --propiedad del presidente de la patronal madrileña CEIM y vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández--, desembarcó el 1 de enero en la Cámara y en sus primeras semanas se centró en actualizar su carta de productos más comunes, y ahora ha decidido subir los precios de los gintonics y demás combinados para acercarlos a los del mercado, como este martes adelantó Europa Press.
El único de los diputados que ha mostrado cierto recelo ante la decisión de Eurest ha sido el portavoz económico del PSOE, Valeriano Gómez, quien ha admitido no parecerle "bien" esa subida de los precios de los combinados. Ahora bien, a renglón seguido ha querido dejar claro que hay "muy pocos" diputados o personajes públicos que consuma este tipo de bebidas en el Congreso.
Esta última idea también la defiende su compañero de filas Antonio Hurtado, a quien, sin embargo, le parece "muy bien" la postura de Eurest. "Yo soy abstemio, no bebo, pero creo que éste no es un sitio para beber, sino para tomar café como mucho, con una tostada o con churros", ha comentado.
ES LO LÓGICO
También ven con buenos ojos esta medida el portavoz económico de UPyD, Álvaro Anchuelo, quien se muestra contrario a que se den subvenciones a este tipo de bebidas; el portavoz parlamentario de IU-ICV-CHA, José Luis Centella, quien ve lógico que se cobren al precio "normal" del mercado, o el responsable de Empleo de CiU, Toni Picó, quien se ha afanado en dejar claro que "nadie" va al Congreso a tomar bebidas espirituosas, "ni los trabajadores ni los diputados".
La misma reflexión ha hecho el portavoz económico de los 'populares' en la Cámara Baja, Vicente Martínez Pujalte. "Aquí hay mucho trabajador, funcionario, periodista, los diputados somos una minoría pero creo que nadie de esos colectivos viene a beber bebidas espirituosas", ha señalado, antes de reconocer que le parecería tan bien que se ponga a las bebidas de alta graduación y espirituosas el precio de la calle como que no se pudieran servir.
"La empresa adjudicataria tomará las decisiones que cree oportunas, ni me parece bien ni me parece mal", ha añadido, por su parte, su compañero de partido y vicepresidente primero de la Comisión de Presupuestos, Fernando López Amor.
