MADRID, 17 Jul. (Portaltic/EP) -
Cuando nos registramos en un servicio web, lo primero en lo que nos detenemos a pensar es en la contraseña: por un lado, queremos que sea fácil de recordar; pero por otro, queremos que sea segura. Así, comenzamos a añadir caracteres a las contraseñas para que sean lo más seguras posible, pero, a la hora de la verdad, es decir, cuando hay que volver a loguearse pasa lo mismo: es imposible recordarla.
Microsoft, en un informe publicado recientemente, ha dado una recomendación cuando menos sorprendente: hay que utilizar contraseñas más sencillas en la mayoría de webs y dejar las realmente complejas para aquellos sitios que contengan información sensible, como datos bancarios.
Además, la compañía de Redmond pone el foco en los administradores de contraseñas -aplicaciones que almacenan todas las contraseñas de un usuario para que no tenga que recordarlas-, ya que si un 'hacker' consigue acceder al administrador todos los esfuerzos del usuario por crear contraseñas seguras habrán sido en vano.
En resumen, lo que deberían hacer los usuarios para hacer buen uso de las contraseñas es tener una contraseña básica estándar con diferentes combinaciones, pero que sean fáciles de recordar, para sitios que no requieran un especial cuidado, y dejar las complejas para sitios que necesiten una especial protección, pero siempre tienen que ser contraseñas que el usuario pueda recordar con facilidad, ya que apuntarlo en un papel -que puede perderse y llegar a otras manos- no es la solución.
