Mi hijo tiene dolores y los médicos no encuentran la causa

Mi hijo tiene dolores y los médicos no encuentran la causa
Foto: REUTERS
Actualizado: jueves, 14 diciembre 2017 12:01

MADRID, 15 Abr. (María Martín Vivar, psicóloga) -

Javier tiene 9 años, es el mayor de tres hermanos. Es sociable, divertido y le gusta mucho jugar al fútbol. En el colegio los profesores consideran que rinde por debajo de sus posibilidades. Le cuesta dormir y sus padres dicen que hace ruidos con los dientes cada noche. Normalmente se levanta agitado y sin sensación de haber descansado.

Siempre hay una semana al mes en la que Javier se pone malo y no puede ir al colegio. Las quejas son distintas en cada ocasión: dolores de tripa, dolores de cabeza y problemas de la piel son las más habituales.

Tras ir a varios médicos y especialistas en diferentes campos, ninguno encuentra una causa médica para los síntomas de Javier. Presenta lo que se denomina Trastorno Somatomorfo Indiferenciado.


Este trastorno afecta entre el 0.04% y el 0.4% de la población infanto-juvenil y se conoce como somatización o síntoma psicosomático.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?

- Aparición de quejas reiteradas. Pueden evolucionar en frecuencia y provocar una baja autoestima en el niño.

- Presencia de síntomas físicos no simulados y sin motivo médico aparente.

- Dichos síntomas no son debidos a ningún efecto secundario de medicación o sustancias.

- Las quejas más comunes son: dolores de tripa, de cabeza y de garganta.

- Estas quejas se prologan mucho en el tiempo y alteran su funcionamiento personal, familiar, escolar y social.
Cuando no hay causa médica que justifique el cuadro es necesario analizar el contexto que rodea al niño.

Si preguntas a Javier, él te dice que está preocupado por sus notas en el colegio. Al llegar a casa, sus padres le repiten "eres el mayor, por lo que debes dar ejemplo". Sus padres, tíos y abuelos resaltan esa responsabilidad. Javier siente que falla continuamente y sus notas no mejoran pese a que se esfuerza cada día más.

Es posible que estas situaciones conflictivas se produzcan en casa, en el colegio, con el grupo de amigos y alteren el funcionamiento habitual del niño. Puede producirse en una o varias de estas áreas simultáneamente.

Para saber si algún acontecimiento ha podido influir negativamente en el niño, observa su comportamiento: si se despierta varias veces por la noche, si está más irritable o si come con mayor voracidad, por ejemplo. Lo que para nosotros es algo normal y común, para ellos puede ser la primera vez.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA SOMATIZACIÓN?

La dificultad que tienen para expresar sus sentimientos y emociones. Su experiencia en el reconocimiento y manejo de emociones y su vocabulario son limitados.

Fomentar en el niño expectativas desproporcionadas. La perfección como objetivo puede convertirse en un contexto estresante. Esto conlleva un aumento de los nervios y ansiedad.

La presencia en la familia de un caso similar puede aumentar las posibilidades de aparición de sus síntomas.

¿CÓMO PUEDO AYUDARLE?

- En primer lugar, acude al pediatra o médico de referencia. Él es el encargado de determinar la presencia de una enfermedad. Si consideras que el niño ha vivido o está viviendo algún evento excepcional que haya podido influir negativamente en él, es importante comentarlo.Toda la información es útil.

- Fomenta un espacio y un tiempo concreto para hablar con él. Comentar en casa cómo ha ido el día y cómo se ha sentido en las diferentes situaciones es muy positivo.

- Presta atención a los acontecimientos negativos. Es fácil alegrarse por los triunfos y las buenas noticias. Hablar de las dificultades y preocupaciones también forma parte de su desarrollo y requiere esfuerzo.

- Intenta controlar tus reacciones. Es posible que los síntomas aparezcan y desaparezcan en función de las situaciones que esté viviendo en el contexto familiar.

- Evita ser muy positivo cuando  los síntomas desaparecen o muy negativo cuando vuelven a aparecer. El niño percibe todos esos momentos.

Evita el alarmismo. Ir a urgencias ha de ser la última opción.

¿QUÉ PUEDO HACER EN CASA?

- Puedes realizar con él actividades sencillas para conectar con el cuerpo, por ejemplo: practica un deporte con él. Juega al fútbol, monta en bici o da un paseo por el campo, así le ayudas a vivir emociones diferentes.

- Enséñale a respirar de forma sana. Ejercicios sencillos diseñados como un juego le ayudan a relajarse.

- Valida sus emociones. Validar es escuchar sus sentimientos sobre la situación en sí y ayudarle a expresar cómo se ha sentido.  No son ni buenas ni malas, trata de no clasificarlas ni juzgarlas.

- Estimula sus sentidos (oído, tacto, gusto, vista, olfato) y fomenta que el niño esté presente en el momento actual para ayudarle a manejar las situaciones y evitar que vuelva al pasado o anticipe el futuro.

¿Cómo? Es sencillo, pequeñas costumbres como comer sin prisa en casa, escuchar diferentes tipos de música agradable y dar un paseo sin hacer caso al reloj.


Estos síntomas también tienen su presencia en la edad adulta. Las estrategias que Javier aprenda hoy le convertirán en un adulto preparado para el afrontamiento de situaciones en el futuro. ¿Lo intentamos?

María Martín Vivar
Psicóloga