CÁDIZ, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
La organización El Refugio anunció hoy que ha iniciado una campaña para que los ayuntamientos cancelen los contratos con la perrera de Puerto Real (Cádiz), a la cual denunció por maltrato animal, ya que aseguran que más de 500 perros y gatos podrían haber muerto asfixiados durante el 2007 en dicha perrera.
En un comunicado, la organización afirmó que durante el año 2007 fueron sacrificados 37 animales en enero; 42, en febrero; 62, en marzo; 68, en abril; 83, en mayo y en junio; 55, en julio, y 136 en agosto, lo cual hace un total de "566 perros y gatos sacrificados supuestamente con el paralizante muscular Mioflex".
La campaña realizada la protagoniza una perra que ha sido adoptada, cuya foto aparece en unos carteles en los que se pide a los ayuntamientos de Cádiz, Puerto Real y Algeciras que cancelen el contrato de recogida de perros y gatos que tiene en vigor con la perrera de Puerto Real. Además, se anima a llamar telefónicamente, enviar fax y correos electrónicos a los alcaldes para realizar la petición.
El presidente de El Refugio, Nacho Paunero, manifestó que quieren convencer a los ayuntamientos que cancelen sus contratos de recogida con un lugar que esta inmerso en un procedimiento penal. Asimismo, afirmó que "esta situación confirma que la mayoría de los ayuntamientos no tiene ninguna sensibilidad por los animales y solo quieren que una empresa los quite de las calles y los extermine".
La organización denunció los supuestos hechos ilícitos de maltrato animal ante el Seprona el pasado 15 de junio, y tras una instrucción del equipo de investigación de la Guardia Civil se inició un procedimiento penal en el Juzgado número dos de Puerto Real. Los supuestos penales que se imputan son delitos de falsedad documental y denuncia falsa, así como un delito continuado de maltrato de animales.
Según El Refugio, en la perrera de Puerto Real se recogen anualmente miles de perros y gatos de varios municipios de la provincia de Cádiz y supuestamente los animales recogidos son sacrificados con un paralizante muscular que es inyectado indiscriminadamente ocasionando a los perros y gatos recogidos "una muerte lenta y agónica por asfixia que en la mayoría de las ocasiones puede durar varios minutos, durante los cuales el animal esta absolutamente consciente hasta que muere asfixiado ya que afecta a los músculos respiratorios".
