Actualizado 02/03/2010 15:13

Consejo.- Junta establece una delimitación de 81,7 hectáreas para el conjunto histórico de Marchena

SEVILLA, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó hoy una delimitación de 81,7 hectáreas para el conjunto histórico de Marchena (Sevilla), con lo que se refuerza el régimen de protección de esta ciudad con unos límites ajustados al área urbana donde concurren sus principales valores: la totalidad del casco histórico y las zonas de expansión de entre los siglos XVI y XX.

Declarada conjunto histórico en 1966, aunque sin delimitación precisa, Marchena conserva un extenso caserío popular en el que se insertan numerosas iglesias, conventos y edificios civiles de gran interés histórico y arquitectónico, fruto de la implantación de las fundaciones religiosas que motivaron su crecimiento urbano a partir de finales del XV.

La localidad atesora así monumentos de estilo tardomedieval, renacentista, barroco, clasicista e historicista, entre los que destacan las iglesias de San Pedro, San Agustín o la Encarnación, así como recintos conventuales y numerosos ejemplos de arquitectura palaciega. Marchena se ubica sobre un promontorio dentro del vasto paisaje de la campiña sevillana. En su cota más alta sobresalen una cerca amurallada, los restos del alcázar y la Iglesia de Santa María de la Mota, uno de los referentes visuales del conjunto por la presencia de su torre campanario diseñada por Hernán Ruiz II.

El antiguo enclave intramuros sufrió un rápido proceso de ampliación durante el siglo XVI, impulsado por la política de fundaciones religiosas que desarrolló la Casa Ducal de Arcos. Uno de los principales hitos fue la construcción en torno a 1520 del convento de los Dominicos de San Pedro Mártir, en el que residían mayoritariamente profesores e intelectuales y que sirvió de panteón ducal. La consolidación del perfil de la ciudad culminó con la incorporación de distintas torres que dotaron de una estética renacentista a los templos bajomedievales.

PALACIOS

Durante los siglos XVII y XVIII se produjo la construcción de un buen número de palacios o casas de gran tamaño, con patio central porticado y extensas dependencias para servicios y estabulación, que aportan a Marchena un importante repertorio de la arquitectura protobarroca andaluza. Entre estas edificaciones destacan las denominadas Casa del Escudo y Casa de las Palmeras, así como la de la familia Sanz. Del siglo XX destacan edificios regionalistas y del Movimiento Moderno como las casas de la calle San Francisco o el antiguo mercado de abastos, obra neobarroca del arquitecto Vicente Traver.

En cuanto al caserío de carácter popular, presenta los típicos rasgos de la baja campiña sevillana: casas de aparceros, jornaleros y medianos propietarios construidas en ladrillo, teja, madera y cal, con una o dos plantas y soberado, puertas adinteladas y vanos de escaso tamaño con poyete y tejadillo. Una de la más representativas, del siglo XVI, es la emplazada en la esquina de las calles Siete Revueltas y Carreras. Mezclados entre este caserío y frecuentemente localizados en los bordes del casco urbano, se sitúan también centros de transformación y almacenamiento, principalmente molinos aceiteros con prensas de viga o hidráulicas.