CARMONA (SEVILLA), 22 Sep. (EUROPA PRESS) -
La asesora responsable del Área de Menores de la institución del Defensor del Pueblo Andaluz, María Teresa Salces Rodrigo, ha asegurado que la educación que los niños reciban en el ámbito familiar "es fundamental" para que más tarde sean menos conflictivos, aunque la educación "tiene que ser compartida con la que dan en las escuelas".
Salces, que ha participado en la mesa redonda 'Cómo afrontar los riesgos: Mediad y propuestas', junto con el profesor del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), Luis Vicente Amador Muñoz, que organiza la UPO en Carmona (Sevilla), ha informado a este medio de que desde la institución del Defensor del Pueblo y de la del Defensor del Pueblo en Andalucía "vamos proponiendo medidas que creemos necesarias para ir solventando esta situación".
Además, la asesora ha asegurado que desde dicha institución "se analiza esta realidad desde dos puntos de vista". El primero de ellos, hace referencia a los problemas de un fenómeno emergente, "que cada vez se da con más frecuencia", afirma, como es el de los niños y niñas que desde muy temprana edad comienzan a agredir a sus padres; el choque generacional, entre un adolescente y la propia familia, y por último, la ausencia en las transmisiones de valores adecuados a los adolescentes.
En el ámbito familiar se dan diferentes tipos de problemas, y por lo tanto, están divididos en diferentes grupos, en relación con el tipo de problema que produzca. Los adolescentes que tienen una adicción a las drogas y al juego, "están condicionados por su comportamiento" y, aquellos que se determinan como permisivos, "que tienen una dejación de funciones de los padres", lo cual se traduce en un "trastorno de las conductas", debido a alguna patología mental que no ha sido bien tratada, o no se ha detectado. En ambos casos, el niño ejercerá la violencia "como único método para alcanzar sus deseos", afirma la asesora responsable del Área de Menores.
Respecto al segundo ámbito, Salces ha destacado la influencia que los medios de comunicación social "ejercen en la vida de los adolescentes". Según afirma, estos últimos "son un factor muy importante", que cuando no transmite valores adecuados, emitan imágenes de violencia y la publicidad consumista se caracterice por la ausencia de programas adecuados para las etapas más difíciles de la vida en una persona, que son la infancia y la adolescencia, "actúa como agente nocivo".
Aunque "no sólo una mala educación repercute en acciones de este tipo. Una familia puede impartir una educación muy buena a sus hijos, desde su punto de vista pero, finalmente puede no ser la correcta", afirma Salces, por lo que los niños "acuden a estos vicios o tienen algún comportamiento extraño, como señal de revelación". Normalmente", añade, la desviación de la conducta de un niño puede verse alterada "por las relaciones de amistad".
Por otro lado, en la mesa redonda se debatió también sobre las campañas publicitarias. Luis Vicente Amador ha señalado que "no son suficientes", y de las existentes, "todas ponen de manifiesto que existe cierta preocupación social, pero no cambian la actitud de un joven". En todo caso, estas campañas "sirven para que las familias sean conscientes de que realmente existen otras situaciones que pueden provocar que un futuro, los niños desempeñen acciones, que no son las adecuadas", concluye.
