MÁLAGA, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
Dani de la Orden ha presentado este lunes su nueva película, 'Litus', en el Festival de Málaga. Cine en español, un filme que refleja un grupo de amigos perteneciente a esa generación que no está acostumbrada a hablar de sus sentimientos y se ve obligado a ello de golpe.
Una historia, en palabras de su director, que "es triste y nostálgica pero te deja un buen sabor de boca". En el acto han arropado al director los actores Adrián Lastra, Belén Cuesta, Marta Nieto y Miguel Fernández, además de la guionista Marta Buchada y los productores Eduardo Campoy y Fernando Riera.
La película narra el duelo obligado de una grupo de amigos que lleva tiempo sin verse pero que tienen que volver a reunirse tras el suicidio de uno de ellos, Litus. Toni, encarnado por Quim Costa, es el encargado de juntarlos para darles una noticia: Litus dejó una carta para cada uno de ellos antes de quitarse la vida. El teórico encuentro para hablar de su amigo desaparecido se convierte en una reunión en la que se descubren los secretos más íntimos de cada uno de ellos.
De la Orden ha asegurado que esta película va "sobre decir adiós", pero también de "hacer frente a cosas que no puedes entender" y que la elección de esta temática fue completamente personal puesto que es algo que siempre le costó mucho. "Es mi película más personal a pesar de no haberla escrito yo. Traslado la importancia que tienen para mí los amigos, que son la familia que elegimos. Creo que sin duda es mi cinta en la que estoy más representado", ha dicho.
La cinta comenzará su distribución el próximo mes de septiembre, cuando llegará a los cines españoles para su visionado. Así lo ha asegurado Eduardo Campoy, que ha incidido en que "debía una película a Dani en la que pudiera hacer lo que quisiera sin ningún tipo de parámetro impuesto".
La trama que se representa en el largometraje está basada en uno obra teatral, pero buscando "adaptarla" con los códigos propios del cine. En este aspecto Buchada considera que "se mantiene mucho de la obra sin ser una adaptación puramente", introduciendo nuevos personajes, como el que representa Marta Nieto, y aportando matices que permite la cámara.
Dentro de esa transformación del guion juegan un papel importante dos elementos: la vivienda donde se rueda gran parte de la película y la banda sonora de la cinta. "Teníamos dudas sobre si elegir un piso grande que nos dejara grabar con facilidad o uno que representara la realidad de los jóvenes de treinta años, al final optamos por lo segundo", ha comentado De la Orden. "La música es un elemento esencial. Quería que desde el momento que se abre la primera carta comenzara la catarsis y sin que hubiera una música constantemente habría sido imposible", ha apuntado el director.
Los actores han asegurado que una de las claves para que el rodaje funcionara fue "el trabajo previo con Dani", que duró varios meses y fue individual con cada uno de los miembros del elenco. "Me agobiaba y atraía mucho el hecho de grabar todo en un salón, pero el trabajo previo ayudó muchísimo. Todos sabíamos la relación que tenía cada uno de nuestros personajes", ha comentado Cuesta.
Los actores solo desconocían una parte del guion, el final, un discurso de Toni que únicamente Quim Costa había leído. Ese punto de improvisación permitió que el rodaje plasmara "la energía real" del resto del elenco al escuchar unas palabras con una alta carga sentimental. "En la película se ven las reacciones de cada uno, cómo su personaje digiere el mensaje que tiene Toni, improvisado. Es algo que hace ganar en realidad a la película", ha explicado el director.
Lastra no ha querido esconder algunos de los secretos del rodaje y cómo los actores tuvieron oportunidad de "jugar" gracias a la libertad que les daba el director. "Había cosas que estaban muy claras, pero luego cada uno hemos aportado nuestra mirada a los personajes para sentirnos más a gusto. Nos dejábamos llevar en muchos casos, hasta el puntos que si se viera el fotograma siguiente a alguna de las tomas del montaje todo se habría ido al traste porque nos echábamos a reír o a llorar y teníamos que cortar", ha asegurado.