Valora haber conseguido cosas positivas, pese a la difícil situación económica, aunque menciona como lo más complicado los despidos
MÁLAGA, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
El decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga, Antonio Vargas, que dejará el cargo próximamente, tras ocho años en la junta de gobierno --dos como vocal con el fallecido Francisco San Martín y seis como su máximo responsable--, hace balance de este tiempo, marcado por la crisis económica. No obstante, se muestra satisfecho de haber conseguido "adaptar" la estructura de la entidad "a unos tiempos muy malos" y "poner los cimientos para los buenos".
Ocho años muy marcados por la crisis y por los consiguientes problemas económicos, lo que les obligó a adaptar la estructura del colegio a las nuevas circunstancias, incluyendo el despido de casi 40 trabajadores, que, aunque "en la mayoría de los casos hubo acuerdos y no se llegó a pleitos", conlleva "la parte muy negativa de haber tenido que prescindir de unas personas; siempre es una situación muy difícil, sobre todo porque no fueron de golpe, sino que ha sido un goteo desde 2007 hasta 2014".
En cualquier caso, ha señalado a Europa Press, "lo más difícil económicamente hablando se ha superado". Y lejos quedan situaciones como las de 2009, en la que esta entidad llegó a acumular un déficit anual de 1,5 millones de euros; frente a eso, en 2015, "si no hay sobresaltos y mi sucesor continúa en la línea de la corrección, se terminará teniendo una cierta capacidad de ahorro", según Vargas.
Como otros aspectos positivos, ha destacado la defensa del patrimonio, el hecho de que el coste a los colegiados haya disminuido en torno a un 75 por ciento en comparación con hace ocho años, dando básicamente los mismos servicios, aunque habiendo, sin embargo, más actividades culturales. Se ha conseguido, además, modernizar el sistema de gestión.
CUESTIONES PENDIENTES
De todos modos, ha admitido que "quedan cosas por hacer", resaltando la necesidad de que se consigan unos honorarios dignos para estos profesionales y una política de concursos para la elección de proyectos, en los que se valoren la oferta económica y aspectos técnicos de gestión, de plazos y de control, pero sobre todo "la calidad arquitectónica, que es la que hace la ciudad", algo que depende en gran medida de "la sensibilidad de las administraciones".
Respecto a la producción de viviendas en la provincia, según Vargas, "no volverá a ser nunca como en los momentos de la burbuja inmobiliaria". En cualquier caso, es más un deseo que una predicción, advirtiendo, de hecho, de que si en algún momento se repitiera esa situación, "habrá que ser lo suficientemente responsable como para decir que estamos metiendo la pata".
CRITICA LA "BRONCA" ENTRE INSTITUCIONES
Preguntado por los proyectos de ciudad, el representante aún de los arquitectos malagueños ha subrayado el metro como la gran infraestructura que, sin duda, ha cambiado la imagen de Málaga. Pero eso sí, ha criticado "el nivel de bronca generalizado entre todas las instituciones, con independencia del proyecto que sea". "Al final --ha especificado--, da la sensación de que cada iniciativa se plantea como un nuevo campo de batalla y eso es malo para avanzar".
Vargas también ha lamentado "haber perdido la oportunidad de que Málaga contara con un auditorio de música", considerando que "será complicado retomarlo". Asimismo, ha alertado de "lo difícil" que está siendo avanzar en la integración en la ciudad del río Guadalmedina.
Por último, en cuanto a su marcha, a juicio del responsable del Colegio de Arquitectos, "la renovación es buena y necesaria; además de que es positivo que quien ha hecho la guerra no construya luego la paz". De hecho, fue su equipo el que introdujo la limitación a ocho años de los mandatos.
Unos 1.200 arquitectos de la provincia de Málaga, un número que se mantiene en los últimos años, están llamados a las urnas el próximo 30 de junio para elegir al sucesor del que ha sido su decano desde 2009 y que saldrá de las cuatro candidaturas presentadas.
