La cinta del joven director Héctor Valdez compite en la sección oficial del Festival de Málaga
MÁLAGA, 26 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Festival de Cine de Málaga ha presentado en su sexto día de programación la película dominicana, 'Malpaso', del joven director Héctor Valdez. La cinta, que utiliza la técnica del blanco y negro, es el tercer largometraje del cineasta.
En sus películas, Valdez destaca por romper las barreras culturales e impactar en el público, como es el caso de 'Malpaso'. El director ha defendido el proyecto junto a los actores Vicente Santos y Luis Bryan Mesa en una rueda de prensa virtual.
Cándido y Braulio son huérfanos creciendo indocumentados en las afueras del mercado fronterizo de Malpaso, en la frontera de República Dominicana y Haití. Día a día, Braulio ayuda a su abuelo a vender carbón en el mercado mientras que Cándido permanece recluido haciendo las tareas de la casa, debido a su albinismo.
La vida de ambos da un giro inesperado tras la muerte de su abuelo. Ahora Braulio tendrá que cuidar de su hermano e intentarán sobrevivir al día a día. A su vez, Cándido no deja de soñar con el eventual regreso de su padre quien los abandonó al nacer.
La película está rodada en localizaciones originales de la frontera entre República Dominicana y Haití y, tal y como ha indicado su director, es un reflejo de la realidad social que se vive en una de las zonas más olvidadas de su país. "Quería visibilizar la realidad de los niños y niñas de esa zona. Una realidad que la sociedad muchas veces olvida". Desde el punto de vista personal como realizador, a Valdez siempre le ha sensibilizado la riqueza visual que aportan los paisajes de la frontera.
La historia se desarrolla en el mercado binacional en el que conviven las culturas haitiana y dominicana. La idea de rodar allí surge de la primera visita del director al mercado. "Allí escuché la historia de un albino que impresionó la zona. Esa historia me sensibilizó mucho".
Valdez ha explicado que creó la historia a modo de fábula y cuento, con los dos hermanos como protagonistas. El uso del blanco y negro se debió a motivos técnicos por un lado y, simbólicos, por otro. "En el mercado binacional hay un alto contraste de colores, en ese sentido, pensamos que podía desviar al espectador sobre la clave de la historia".
A nivel simbólico, la elección del blanco y negro se debe a contar la historia de "un chico que es blanco como la luna y otro que es negro como la noche". El blanco y negro permitía dar un sentido poético a la historia, ha indicado el director.
El cineasta también ha hablado de los arduos trabajos de investigación que realizaron sobre la zona gracias a la colaboración de fundaciones como Save the Children. El objetivo era conocer con total profundidad la situación de los niños y niñas indocumentados que viven allí.
Para concluir, el director Héctor Valdez ha hecho una reflexión sobre la importancia del cine como instrumento generador de debate y denuncia. "El cine es el mejor mecanismo para generar una conversación y empatizar sobre un tema. Queremos que la película invite a reflexionar al público sobre esa difícil realidad".
