BAEZA (JAÉN), 30 (EUROPA PRESS)
El catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Jaén (UJA) Manuel Parras Rosa ha señalado la importancia de situar el sector oleícola en el marco de la bioeconomía y la economía circular.
Así lo ha indicado a Europa Press en Baeza, donde ha participado en el curso 'Comercialización de los aceites de oliva en un entorno globalizado. Estrategias promocionales y nuevas tecnologías' que se imparte en los Cursos de Verano de la sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA).
Parras ha aludido a las posibilidades de la reutilización de los subproductos en esa bieconomía, especialmente en una provincia como la jiennense dado el predominio del olivar. Ha destacado también que Jaén es el territorio "donde se hace más cantidad (de aceite de oliva) de calidad del mundo".
Según ha comentado, esto hace diez años no ocurría y el motivo es que "la gente tiene algo muy bueno que no quiere malvender, busca como hacer que los consumidores perciban, aprecien el esfuerzo y el valor que ese producto tiene".
Por otro lado, ha incidido en factores como la profesionalización para alcanzar la internacionalización o la digitalización. Al hilo, ha declarado que hay empresas que ya tienen la internacionalización asumida para envasados, por ejemplo, "porque para vender graneles no hace falta personal cualificado".
El catedrático ha hecho hincapié en que para obtener beneficios hay que contar con profesionales, al tiempo que se ha referido a la importancia de tener musculatura, unir productores para abaratar costes, como ocurre, por ejemplo, con las cooperativas de segundo grado.
Junto a ello, ha apuntado que la mayoría de quienes poseen no viven de ellos, no es su fuente principal de renta, sino un complemento. A su juicio, esa situación crea "un desligamiento de las tareas de comercialización" también influido por el envejecimiento del sector productor, ya que los mayores "son más adversos al riesgo".
Finalmente, Parras ha lamentado la existencia de barreras al consumo, fruto, entre otras cosas, de un desconocimiento sobre aceite de oliva por parte de la población. "No saben distinguir entre éstos, y cuando eso pasa, recurren a lo que se llama a atajo, compran el aceite de una marca que les suena o el más baratos porque piensan que todos son buenos", ha comentado.