GRANADA 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Guardia Civil ha puesto a disposición judicial al propietario de una granja de la comarca de los Montes Orientales, en Granada, en calidad de imputado no detenido por un delito de maltrato animal, después de que uno de sus caballos muriera tras varios días de agonía sin que recibiera ningún tipo de ayuda veterinaria.
El animal fallecido era una yegua que había sufrido un parto prematuro y a la que, durante los seis días que al parecer estuvo agonizando, no le habían retirado ni la placenta ni al potro, que tampoco superó el parto, informa en un comunicado el Instituto Armado.
La patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Guadix descubrió el pasado 13 de enero durante una inspección a dicha granja que junto a cuatro caballos a los que se les aprecia una mala alimentación por desnutrición y deshidratación, un quinto, aparentemente muerto, yacía sobre una cama de al menos veinte centímetros de estiércol.
Poco después los agentes del Seprona comprobaron que se trataba de una yegua recién parida con la placenta aún colgando de su cuerpo y que aún estaba vía, ya que sufría espasmos. La Guardia Civil averiguó también que la yegua llevaba en ese estado cuatro días y que durante ese tiempo no había recibido ningún tipo de ayuda veterinaria.
Los guardias civiles localizaron al propietario de la explotación, un vecino de Granada de 63 años de edad, al que le informaron del estado en el que se encontraba la yegua y de la obligación que tenía de prestar la asistencia veterinaria necesaria a sus animales.
Al día siguiente, 14 de enero, la Guardia Civil volvió a la granja a comprobar el estado del animal y éste no había recibido ningún tipo de ayuda y aún agonizaba entre espasmos.
La patrulla del Seprona ha sabido que finalmente durante la noche del 14 al 15 de enero un veterinario visitó dicha explotación ganadera cuando ya había muerto la yegua.
La Guardia Civil ha puesto a disposición judicial al propietario de la yegua al entender que la muerte de este animal y su cría puede ser a consecuencia de una falta de asistencia veterinaria, a la que los titulares de las explotaciones ganaderas están obligados a prestar por ley. En todo caso el titular de la explotación podía haber paliado el sufrimiento del animal mediante los métodos permitidos por la normativa sobre bienestar animal.
Durante los últimos meses la Guardia Civil ha recibido numerosas llamadas de ciudadanos que se quejan del mal estado que presentan los caballos de algunas explotaciones ganaderas de la provincia, como en el caso que nos ocupa.