El obispo exhorta a "inventar las maneras de hacer significativa y real" la cercanía a los presos

Actualizado: lunes, 21 septiembre 2009 15:32

JAÉN, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -

El obispo de Jaén, Ramón del Hoyo, ha exhortado a "inventar las maneras de hacer significativa y real" la cercanía a las personas que se encuentran privadas de libertad en las cárceles en una carta pastoral con motivo de la festividad de Nuestra Señora de La Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias.

En dicha misiva, recogida por Europa Press, Del Hoyo recuerda que la mayoría de los que cumplen condena en la cárcel Jaén II participaron de niños en catequesis, recibieron los sacramentos y es muy frecuente que pertenezcan a alguna cofradía. "Cuando obtengan la libertad volverán a nuestras parroquias. Siempre hemos tenido muchas razones para acompañarlos pastoralmente mientras cumplían la condena", asegura.

En este sentido, exhorta encarecidamente a "comunidades parroquiales, religiosas, educativas, cofradías y asociaciones e instituciones en general" a ampliar los proyectos con los encarcelados, puesto que el objetivo del curso pastoral 2009-2010 es "potenciar la identidad de testigos de Cristo principalmente en los sectores marginales".

Sin embargo, el obispo precisa que "antes de ser testigos de Cristo ante ellos, habremos de ser testigos junto a ellos, del amor y la preocupación que por ellos sentimos, ante nuestras comunidades, ante la sociedad y ante Dios, haciéndolos presentes en nuestras programaciones pastorales y en nuestras plegarias".

Por ello, aboga por ir ante los presos "con esta carga de amor fraternal" y, teniendo en cuenta las condiciones del régimen en que viven, "inventar las maneras de hacer significativa y real esta cercanía", una labor en la que puede ser de especial ayuda la Delegación de Pastoral Penitenciaria, según subrayó.

NUEVAS POBREZAS

Así, Del Hoyo indica que una de las tareas del nuevo curso se refiere a las "actividades de sensibilización sobre las nuevas pobrezas". "Es verdad que las cárceles no son realidades nuevas, fruto de nuevas situaciones económicas y laborales, pero sí puede ser 'nuevo' para nuestras tareas pastorales atender no sólo a quienes están en prisión, sino también a sus familias. Cuando el padre u otro miembro de la familia que sostenían la economía entra en prisión, en esa familia se origina una 'nueva pobreza'", advierte.

Igualmente, alude a otros de los objetivos del curso 2009-2010, reforzar la atención a los sectores alejados de la fe, puesto que parte de los feligreses en las prisiones pertenecen a este grupo. Junto a ello, pone de manifiesto que entre la población penitenciaria cada vez se da más la presencia de extranjeros, algunos de los cuales vienen de cultos cristianos no católicos y otros de diferentes religiones.

"Pero todos son hijos del único Dios al que nosotros tenemos la suerte de conocer como Padre y fueron encomendados por Jesús a la Virgen para que los recibiera como hijos", resalta el obispo, quien insiste en "hacer un esfuerzo de creatividad para tomar contacto con ellos" y hacer "cercana la Iglesia a ellos".