Archivo - El presidente del Parlamento de Andalucía, Jesús Aguirre, en una fotografía de archivo - Joaquin Corchero - Europa Press - Archivo
SEVILLA 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Pleno del Parlamento ha emitido este martes una declaración institucional con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, en la que se aboga por mejorar la calidad de vida de las personas con este problema y la de sus familias, reivindicando y protegiendo sus derechos.
En la declaración, leída por el presidente del Parlamento, Jesús Aguirre, se alerta sobre la necesidad de prestar atención a la salud mental, apuntando que la incertidumbre económica y los problemas sociales han agravado la situación de muchas personas.
Se indica que una de cada cuatro personas en el mundo ha tenido, tiene o tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida. La declaración recoge que la mitad de los trastornos mentales aparecen por primera vez antes de los 14 años y más del 70 por ciento comienzan antes de los 18 años.
Se expone que el 12 por ciento de las personas atendidas en la Unidad de Salud Mental Comunitaria son menores de 18 años y a lo largo del 2019 se atendieron en estas unidades 20.044 menores.
"Esta situación nos muestra que es tiempo de tomar medidas y darle a la salud mental la importancia que se merece. Es tiempo de actuar de forma coordinada y en red para garantizar la eficiencia de los recursos sanitarios, sociales, educativos y jurídicos que garantice la protección de los derechos humanos y el acceso universal a la protección de la salud mental", según la declaración.
El Parlamento aboga por transmitir a toda la sociedad que la salud mental es un derecho inherente a la condición humana y del mismo modo que se protege y se vela por la salud física es necesario dar la importancia que se merece a la salud mental bajo el prisma de los derechos humanos.
Para la Cámara, una meta es mostrar a todas las instituciones que invertir en salud mental es apostar por una sociedad que convive con y el bienestar, y es proteger a la infancia y a la adolescencia del sufrimiento que genera la soledad y el aislamiento, la discriminación y el estigma.