SEVILLA, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales en funciones, María José Sánchez Rubio, ha asegurado que "no consta" denuncia previa por violencia de género en ninguno de los circuitos a los que tiene acceso el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) por parte de la mujer de 50 años fallecida la madrugada de este miércoles en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) víctima supuestamente de una paliza propinada por su esposo.
Así lo ha señalado la consejera en declaraciones a los periodista en Sevilla, en las que ha explicado que "no consta ninguna denuncia previa por violencia de género en el circuito de los puntos de información de la mujer de Alcalá, o en los servicios sociales o en la propia estructura del IAM a nivel provincial", toda vez que indica que "se está recabando información", añade.
Además, la consejera ha afirmado que "bajo ningún concepto se va a tener ninguna tolerancia con este tipo de asesinato", toda vez que ha condenado "rotundamente" la muerte de esta mujer, que "ha muerto de una manera muy violenta e incomprensible".
Según la consejera, esta muerte "solo se entiende desde ese criterio de desigualdad profunda que está detrás de la violencia machista", ante la que pide "tolerancia cero" y aboga por "una intervención global inmediata".
En este sentido, asegura que se está trabajando con todo el movimiento de mujeres en un pacto social "amplio" contra la violencia de género, tal y como propuso la presidenta de la Junta en funciones, Susana Díaz, en su discurso de investidura, y defiende que "todos los resortes tienen que estar movilizados", porque "al final la denuncia debe existir".
"El conocimiento de los hechos se debe tener para poder actuar, y si las propias víctimas no formulan la denuncia lo deben hacer los vecinos o los familiares, porque el entorno tiene que poner en alerta de que esto puede ocurrir", porque "al final, si puede ocurrir termina ocurriendo", que "es lo que estamos viendo en todos los casos".
"Cuando se produce una situación así ha habido en torno a una media de cinco o seis años previos de sufrimiento de un tipo de violencia diferente", concluye Sánchez Rubio.
