El último disco de Danza Invisible, 'Tía Lucía', sale hoy a la venta, con versiones de rock, soul y pop

Grupo Malagueño Danza Invisible
INNERCIA
Actualizado: martes, 23 marzo 2010 11:26

Contiene versiones de 'Human Nature' de Michael Jackson e 'I don't wanna dance', de Eddy Grant, entre otros

MADRID/SEVILLA, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -

El último disco de Danza Invisible, 'Tia Lucía', sale hoy a la venta. Se trata de un "homenaje" a la radio del pasado y a los temas que sonaban en su juventud que contiene versiones de temas rock, soul y pop de Roy Orbison, Michael Jackson o The Smithereens, entre otros.

Entre sus canciones están 'Human Nature' ('La condición humana', tema de Michael Jackson grabado antes del fallecimiento del Rey del Pop); 'Dime ven aquí' ('You got it' de Roy Orbison) o el 'Ring my bell' de Anita Ward y el 'Being with you' de Smokey Robinson, transformadas en temas de rock contundente. También incluye una versión de 'I don't wanna dance', de Eddy Grant, escorada hacia el swing.

Entre los doce temas que componen 'Tía Lucía' (Hook Ediciones Musicales) también hay dos temas que si bien no han sido grandes éxitos en los bares que frecuentaban Danza Invisible, sí se "ajustan" al ambiente del álbum y le dan "un contrapunto especial", asegura el líder de la banda, Javier Ojeda. Se trata de 'En este sitio solitario' ('In a lonely place'), de los Smithereens, y 'Un amor en cada bar', de Gato Pérez.

'Tía Lucía' era el nombre de la pizzería donde Danza Invisible iban a tomar algo a la salida de los ensayos. Allí siempre tenían puesta una emisora donde sonaban éxitos del momento, canciones de Smokey Robinson, Blondie, K.C. & the Sunshine Band, Michael Jackson, Springsteen, The Cars, Hall & Oates o B-52's. También de vez en cuando se dejaban caer temas de cantautores como Roque Narvaja o Hilario Camacho, nada de "la movida" ni similar.

Este último trabajo de la banda malagueña se inspira en esos temas que sonaban en la radio en su juventud, temas de rock, soul y pop, que abarcan el periodo entre 1979 y 1989. Según su discográfica, las canciones recuerdan a "ese 'Torremolinos kitsch', pero auténtico, que desapareció hace muchos años".

Anteriormente, Danza Invisible ya intentó hacer un álbum de piezas ajenas pero el proyecto se frustró, en parte, por una falta de concepto, porque cada una de las canciones era "de su padre y de su madre". Así, la banda se planteó darle a este nuevo trabajo lo que faltó en ese anterior y para ello empezó acotando en el tiempo las piezas seleccionadas, coincidiendo con su adolescencia y primera juventud.

"Pensamos que era un bonito reto enfrentarnos ahora a estas canciones. Son todos temas por los que sentimos mucho cariño, aunque no necesariamente son de nuestros artistas favoritos. Puede que por ello hayamos sido capaces de darles nuestra peculiar visión, llevarlos a nuestro terreno", concluye Ojeda.