ZARAGOZA, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
Cáritas Diocesana de Zaragoza ha atendido durante el estado de alarma a cerca de 900 personas que han requerido su acogida, acompañamiento y asesoramiento. Muchas de ellas también han necesitado una ayuda económica urgente de la entidad, "ante la falta de respuesta por parte de los servicios públicos u otras entidades".
Así lo ha explicado esta organización en una nota de prensa, en la que precisado que desde el lunes, 16 de marzo, estableció una nueva forma de acogida y acompañamiento a las personas y familias por la situación de estado de alarma, centrando su intervención, sobre todo, en "informar, orientar, contener emocionalmente ante cada situación y apoyar económicamente en aquellos casos de urgencia que lo requieren".
Desde la centralita de la entidad se informa directamente sobre lo requerido o se derivan las llamadas a las trabajadoras sociales de las zonas y equipos de proyectos de la entidad.
Cáritas Zaragoza ha manifestado que una de las áreas que más alteraciones ha sufrido tanto en su gestión, como en la demanda de las personas a las que atiende son las acogidas parroquiales. En estos momentos, esta labor la desarrollan, de forma telefónica, las trabajadoras sociales que habitualmente atienden en las parroquias de la diócesis, con el apoyo de algunos voluntarios en diferentes tareas, habiendo atendido a esas cerca de 900 personas.
Asimismo, Cáritas mantiene la atención individualizada en la residencia Santa Teresa, donde están sus 64 residentes habituales e, igualmente, el servicio de acogida y acompañamiento se mantiene activo, como el resto de proyectos, que siguen realizando atenciones diarias por vía telefónica, como es el caso del Centro de Rehabilitación Psicosocial San Carlos, el Proyecto de Acompañamiento San Nicolás y el Centro de Acogida Fogaral, "un espacio de referencia para personas en situación de prostitución o trata", han aclarado la entidad.
Lo mismo ocurre con el Proyecto de Acompañamiento a Personas Sin Hogar y el de Acompañamiento a personas que salen de prisión, "ya que actualmente no se puede acompañar a quienes están en la cárcel".
FUNDACIÓN
Por otro lado, la Fundación por la Inclusión Social de Cáritas Zaragoza ha tenido que adaptar sus actividades y desde el programa de inserción laboral se atiende por teléfono a las personas que acompañan, que necesitan un apoyo emocional o psicológico y orientación en cuestiones laborales como despidos, Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTES) o vulneración de derechos.
El servicio de intermediación continúa gestionando ofertas de empleo que afectan a actividades esenciales de cuidado de mayores y personas con discapacidad, entre otras. Por su parte, la tienda Latido Verde y la empresa de inserción 'A Todo Trapo', al no estar reguladas como actividad esencial, han tenido que cerrar sus puertas y paralizar su actividad.
Desde Cáritas han expresado su "preocupación" por la situación actual de las personas y familias que acompaña. "La pérdida de sus precarias fuentes de ingresos, el desconocimiento de los procedimientos actuales de solicitud de ayudas y la dificultad con el idioma en las gestiones telefónicas" son algunos de los problemas que ha evidenciado esta organización.
También ha mencionado la "grave situación de confinamiento" y de salud para familias que residen en pisos compartidos, la "incertidumbre" de las citas pendientes con extranjería, las dificultades para hacer frente a los gastos básicos, la falta de recursos telemáticos para gestionar el día a día en esta situación actual, sobre todo, en hogares con hijos escolarizados, "sin contar con el coste emocional de esta situación que genera estrés, inseguridad, tristeza y ansiedad".
Cáritas ha advertido sobre los efectos sociales que "ya" se están produciendo y que habrá "en un futuro cercano" en las familias en situación de pobreza y exclusión que, según datos de FOESSA, son 8,5 millones de personas, el 18,4 por ciento de la población española.
En este sentido, desde todas las Cáritas de España han urgido al Gobierno central "a responder a esta emergencia sanitaria, económica y social con medidas orientadas a no dejar a nadie atrás".
En Zaragoza, la organización ha recordado que el pasado 27 de marzo lanzó una campaña de emergencia con un doble objetivo. Por un lado, recabar apoyo económico y movilizar la solidaridad de la comunidad cristiana y el conjunto de la ciudadanía, así como de empresas e instituciones y, por otro, sensibilizar a la sociedad sobre el impacto que esta crisis tiene sobre los más vulnerables y animar a cada ciudadano a llevar a cabo pequeñas acciones solidarias, "que consigan mejorar la vida a las personas de nuestro entorno".
