González de Posada aboga por recolocar la estatua de Torres Quevedo en Piquío

González de Posada.
UIMP
Actualizado: jueves, 7 julio 2016 19:46

La UIMP rinde homenaje al científico cántabro más internacional

SANTANDER, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -

El catedrático de Física Aplicada y académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina, Francisco González de Posada, cree que la estatua de Leonardo Torres Quevedo que actualmente se encuentra en el municipio de Molledo debería estar en los Jardines de Piquío.

En su intervención en el homenaje al inventor cántabro que se ha celebrado este jueves en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), este experto en Torres Quevedo ha recordado que hace años regaló esa estatua que se encuentra en Molledo, pero ha dicho que le encantaría que la escultura "se recoloque donde debería estar, en los Jardines de Piquío", ha informado la UIMP en un comunicado.

En el acto dedicado al "más prodigioso inventor de su tiempo", dentro del ciclo de conferencias Conocimiento y Valores que organiza la UIMP, González de Posada ha acercado la figura del inventor cántabro a la actualidad y ha destacado que el próximo 8 de agosto se cumplen 100 años desde que se puso en funcionamiento el tansbordador sobre el río Niágara, creado por Torres Quevedo.

De esta obra, ha destacado dos aspectos: su origen cien por cien español ("Tanto el investigador, como el proyecto, la empresa, la financión, y la construcción, fueron de origen español", ha comentado) y que "no hay ningún otro medio de transporte sobre tierra, voladero o ferroviario que pueda presumir de estar 100 años sin un solo accidente".

Esto se debe a su "sistema de cable múltiples", un método que permitía que "en caso de que alguno se rompiese, el resto no tendría que trabajar más, sino que seguirían sometidos a las mismas tensiones, y por tanto con una seguridad absoluta".

"Un pionero de todo ese conjunto de disciplinas que hoy llamamos automática, cibernética, robótica". Así ha definido González de Posada a un adelantado a su tiempo que también ideó el telekino, el primer dispositivo a distancia destinado a "a gobernar el vuelo de los dirigibles para evitar las muertes continuas que se sucedían con los aviones y globos".

Del aire pasó a la tierra con un invento de lo más curioso: el ajedrecista. O lo que es lo mismo "la primera máquina que jugaba al ajedrez". Su función permitía "dar jaque con torre y rey contra rey contrario, de tal manera que la máquina jugaba sola", y si se hacían trampas, no dudaba en llamarte "tramposo".

Otra de sus hazañas fue la invención del primer ordenador del mundo, "una máquina que escribe, calcula, registra, y que responde". Torres Quevedo lo presentó en París en 1920 y su discurso no fue traducido hasta que llegó a las manos de González de Posada.

Para este experto en el inventor cántabro, 'Los ensayos sobre automática' es una de las cinco obras más importantes de la historia universal de la ciencia. En ella, Torres Quevedo define cuál es la nueva ciencia, que en aquella época "había que introducir dentro de la mecánica".

González de Posada conoce muy bien a Torres Quevedo. De hecho lleva años estudiándole, ha promovido la creación del Premio Nacional de Investigación Tecnológica 'Leonardo Torres Quevedo'.