SANTANDER, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
El mes de julio ha sido cálido en toda Cantabria y solo en el fondo del valle de Liébana y en la costa oriental las temperaturas han estado en torno a las esperadas. Además, en general, ha sido seco. Las lluvias de las últimas tormentas han equilibrado el balance en los valles del Nansa y Saja y los del Miera y Asón. Sin embargo, su ausencia ha dejado la zona baja de Liébana y las comarcas del Ebro con un déficit acusado.
Así lo señala el Avance del Boletín Climatológico Mensual de la Delegación Territorial en Cantabria de Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
La primera decena del mes julio se ha caracterizado por la presencia de nubosidad baja, por las frecuentes lloviznas y la escasa insolación. Diversos frentes atlánticos muy poco activos han dejado a su paso nubes, nieblas y días de precipitación débil o inapreciable, en un ambiente térmico agradable típico del verano cantábrico, con máximas que se situaron en torno a 25 grados centígrados.
Durante la segunda decena se ha producido un abrupto cambio de situación. Entre los días 11 y 13 el paso de un frente activo dejó lluvias generalizadas aunque escasas y refrescó notablemente el ambiente. Se registraron temperaturas mínimas inusualmente bajas, como un grado en Nestares, e inferiores a 10 grados en toda la región, excepto en el litoral.
Tras el paso del frente, la llegada de aire cálido procedente del sur generó una fuerte subida de temperaturas, con máximas que superaron los 40 grados en Terán o Ramales, y periodos muy prolongados por encima de 30 grados --en Castro Urdiales, el termómetro se mantuvo por encima de 28 desde las diez de la mañana del día 18 hasta las nueve del día siguiente--.
Durante la tercera decena volvió a predominar la nubosidad baja y la lluvia ocasiona, y las temperaturas se normalizaron. Los últimos días, una línea de tormentas moderadas recorrió la región de suroeste a nordeste y afectó de forma muy desigual. Se registraron fuertes granizadas en Pesaguero y Polaciones mientras en Tama se recogía solo un litro por metro cuadrado de lluvia, y se recogió abundante precipitación en los valles del Nansa y Saja --como los 57 litros por metro cuadrado en Bárcena Mayor, de los cuales 25 cayeron en una hora-- mientras que en Terán sólo se recogían 15.
La insolación registrada se quedó un 20% por debajo de lo normal, y el viento también sopló menos de lo habitual en esta época.
Los valores extremos han sido, en temperatura, los 40,5 grados el día 18 en Ramales y 1 grado el día 15 en Nestares. La máxima precipitación recogida en 24 horas fue de 56,8 litros por metro cuadrado el día 30 en Bárcena Mayor-Toriz; y la racha máxima de viento, 56 kilómetros por hora el día 16 en Soba (Alto Miera).