El incendio que arrasó 31 hectáreas de monte en Cieza tuvo 10 focos diferentes

El acusado reitera que no provocó las llamas y su defensa cuestiona la parcialidad de los agentes forestales

Incendio Forestal
EP
Europa Press Cantabria
Actualizado: martes, 11 mayo 2010 16:05

SANTANDER, 11 May. (EUROPA PRESS) -

El incendio que en marzo de 2005 arrasó 31 hectáreas de monte, el equivalente a 31 campos de fútbol, en un monte de Cieza dentro de la Reserva del Saja, tuvo hasta 10 focos diferentes de fuego desde los que se propagaron las llamas.

Recorrer toda la superficie afectada llevó una mañana entera a los operarios de Montes, que emplearon un día entero de trabajo en el control de las llamas, que se prolongaron durante casi cuatro horas.

Así lo reveló hoy ante la Audiencia Provincial de Cantabria el responsable del Gobierno de Cantabria de la Sección Forestal 2, que abarca precisamente la zona donde se produjo el incendio por el que se piden ocho meses de prisión a un hombre, acusado de prender rastrojos para generar pasto.

El fuego afectó a un monte de utilidad pública con especial valor ecológico, en una zona que ya se encontraba bastante degradada, y aunque no fue necesario adoptar ninguna medida para su regeneración, sí que se tardó cinco años en recuperar su estado anterior, según explicó.

Además, el día que se produjo el fuego, el 16 de marzo de 2005, se encontraba dentro de los de mayor riesgo de todo el año y precisamente durante ese jornada había nueve incendios activos en toda la región.

De hecho, toda la región se encontraba en una situación de alarma, según la información recopilada por el Gobierno de Cantabria. Por su parte, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) no había dictado avisos para ese día porque los medidores más cercanos, que se encontraban en Torrelavega, no detectaban rachas de viento que superaran los 20 kilómetros por hora.

El jefe del Servicio de Meteorología de la AEMET, que declaró como perito, explicó que ese día el viento soplaba del norte flojo, lo que, según precisó, implica que la dirección es variable.

Por tanto, al ser muy flojo, era muy variable y compatible con cambios a viento sur, que contribuye a extender los incendios forestales porque reducen la humedad del ambiente "y se da lugar a una gran sequedad".

Las llamas se extinguieron sin intervención de medios de lucha, porque el incendio no revestía mucha gravedad, pero también porque los efectivos "estaban trabajando todos por toda la región", y no se tenían medios disponibles para enviar a Cieza, tal y como relató el responsable de la sección forestal del Gobierno de Cantabria.

El problema en Cantabria, según explicó, es que, aunque no haya grandes incendios, se producen "muchas a la vez" y son "simultáneos", por lo que hay que "discriminar" entre los que requieren una intervención más urgente.

A preguntas del Ministerio Fiscal, el responsable del Gobierno de Cantabria, que declaró como perito, enumeró las consecuencias que tienen los incendios forestales, como la liberación de las reservas de CO2 que los árboles contribuyen a fijar y que contribuyen al cambio climático con efectos como el aumento de las temperaturas o el nivel de las mareas. Las llamas también pueden suponer, si acaban con los árboles, que la superficie forestal retroceda hasta su etapa inicial, desértica.

Ministerio Fiscal y acusación particular --ejercida por el Gobierno de Cantabria-- recalcaron hoy ante el Jurado en la última jornada del juicio las contradicciones en el testimonio del acusado sobre su presencia en la zona y la petición de autorizaciones, entre otras cuestiones.

Ambos piden para el acusado, A.C.S., penas de ocho meses de prisión, multa de 4.500 euros y una indemnización de 13.846 euros, en el caso del Ministerio Fiscal, que el Gobierno de Cantabria fija en 12.766 euros, los gastos que provocaron las llamas, además de incidir en que la defensa no ha aportado pruebas de que el acusado hubiera pedido el permiso para una quema ni testigos que lo situaran en el lugar donde dijo estar mientras ardía el monte.

"NO HE QUEMADO EL MONTE"

Frente a esto, la defensa reclama la absolución del procesado. Su abogada cuestionó el cálculo de las dimensiones del fuego, así como la imparcialidad del responsable de la Sección Forestal y de los agentes del medio natural que ayer reconocieron al acusado, y a quienes reprochó que estuvieran una hora sin hacer "nada" contra el fuego.

"De verdad, de verdad, no he quemado el monte", reiteró el acusado en su alegato final. Ayer, A.C.S. mostró su "respeto" por la naturaleza y declaró que no se encontraba en el lugar de los hechos en el momento del incendio, además de alegar que contaba con los permisos necesarios para efectuar quemas.

El Jurado se reunirá mañana para deliberar sobre si el procesado es culpable o inocente del delito de incendo forestal del que se le acusa, y luego será la Sección Primera la que fije la pena exacta que se le imponga, en su caso.

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